10 consejos para prevenir el cáncer de piel

En invierno, en el hemisferio sur, la Tierra está más alejada del Sol, las bajas temperaturas causan resequedad en la piel intensificando problemas dérmicos. A pesar de la distancia, los rayos solares causan daños en la piel como en cualquier otra época del año, se debe cuidar la piel los 365 días del año, pues las quemaduras no son sólo del sol, sino también por los reflejos del piso, la pared y las diferentes superficies.

CONSEJOS PARA PREVENIR

Para la Prevención del Cáncer de Piel, la experta ha aportado diez consejos para prevenir la aparición de este tumor:

1. Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos solares son más fuertes y perjudiciales entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde. A cualquier hora, la sombra es tu mejor aliada.

Utiliza fotoprotectores que te protejan frente a la radiación UVA, UVB e IR-A. Dependiendo de tu fenotipo, debes aplicarte un protector solar con uno u otro factor de protección, pero este deberá ser como mínimo de 30. Póntelo media hora antes de exponerte al sol y reaplica la loción cada dos horas y tras el baño.

Consulta los índices ultravioleta e infrarrojos. Antes de la exposición al sol, infórmate de estos niveles a través de informes del clima. Hacerlo te ayudará a planificar las actividades al aire libre y a evitar la exposición en aquellos días en que la radiación sea más perjudicial.

Cuidado al aire libre. Lo que provoca que aumenten sus efectos al incidir directamente sobre la piel. La radiación también aumenta con la altura, como en entornos de montaña. En estos casos, se deben emplear protectores solares con factores incluso más altos.

Protege tu cuerpo con la ropa adecuada. Los colores oscuros generalmente protegen mejor del sol que los claros, y los tejidos tupidos son más aconsejables que los más holgados. Recuerda proteger también zonas del cuerpo que suelen quedar olvidadas como los empeines de los pies, las orejas o la parte posterior del cuello. Y cubre tu cabeza con un sobrero, gorra o pañuelo.

Ponte gafas de sol para evitar daños oculares. Deben tener una protección del cien por cien frente a los rayos UV. La mejor protección para los ojos y la piel que los rodea son las gafas grandes, de tipo envolvente.

Protege a los niños del sol. Antes de los tres años, no es recomendable que los más pequeños estén expuestos directamente al sol. Debemos aplicarles a menudo protección solar testada pediátricamente y protegerlos de la radiación con las prendas adecuadas (gorro, gafas, pantalón y camiseta). Además, trata de concienciar a tus hijos de los daños que pueden llegar a provocar la excesiva exposición al sol, pues las quemaduras solares han de evitarse sobre todo en la infancia y la adolescencia.

Huye de las salas de bronceado. La mayoría de los dermatólogos y organizaciones de la salud desaconsejan el uso de camas bronceadoras o lámparas de sol, pues emiten rayos UVA. La OMS señala que su uso conlleva riesgo de cáncer de piel y que ningún menor debería utilizarlas.

Observa de cerca tu piel. Realiza una autoexploración de tu cuerpo cada uno o dos meses. Comienza en pie con los brazos en alto, de frente, de cada lado y de espalda. Continúa con los brazos, antebrazos y palmas de la mano; la parte posterior de las piernas, los espacios entre los dedos y las palmas de los pies. Después, con un espejo de mano, examina la parte posterior de tu cuello, la parte inferior de la espalda, las nalgas y los genitales.

Acude al dermatólogo periódicamente. Si observas lesiones pigmentadas sospechosas -nuevas o antiguas- en tus autoexploraciones, debes concertar periódicamente una cita con tu dermatólogo para que inspeccione tu piel.