5 precauciones que aconsejan dos expertas en salud pública

Kacey Ernst y Paloma Beamer, de la Universidad de Arizona, analizaron paso a paso la «jerarquía de controles” a revisar antes de volver a un avión y una vez que se comienza el viaje

Para minimizar el riesgo aconsejaron:

1) Llevar toallitas desinfectantes para limpiar superficies como el cinturón de seguridad y los efectos personales, como el pasaporte. “Si no se consiguen, lleve una toalla pequeña de tela embebida en una solución de cloro, en una bolsa cerrada”. No hace falta exagerar con la fórmula: una cuchara por cada cuatro tazas de agua es efectivo y no se vuelve peligroso.

2) Llevar bolsas de plástico con cierre para los efectos personales que otros puedan tocar, como los documentos de identidad. “Lleve bolsas de más, de manera tal que pueda poner las cosas en una nueva cada vez hasta que tenga la oportunidad de desinfectarlas”.

3) Lavarse las manos o usar desinfectante de manos cada vez que se pueda. “Si bien el jabón y el agua son efectivos, el desinfectante de manos ayuda, luego del lavado, para cubrir cualquier parte que se pudiera haber omitido”.

4) Una vez que se ocupó un asiento, preferentemente de ventanilla, no hay que moverse hasta llegar al destino.

5) Usar una mascarilla facial. “Si ya tiene una N95, considere la posibilidad de usarla, pero también las demás brindan protección”, escribieron. “No recomendamos comprar N95 hasta que los trabajadores de la salud tengan una provisión adecuada; además, técnicamente hay que comprobar que está bien colocada”. Un barbijo quirúrgico o un tapabocas de tela, con o sin filtros, funcionan perfectamente como barrera. En cambio, no recomendaron el uso de guantes: “Pueden dar una falsa impresión de seguridad y se han asociado a una reducción de las prácticas de higiene de manos”.

El temor y la desinformación, finalmente, son lo más desaconsejado. “Armarse de conocimiento específico sobre el aeropuerto y la aerolínea y maximizar el uso de medidas de protección sobre las que podemos tener algún control puede reducir nuestro riesgo”, enfatizaron. “Una buena analogía sería que cada día que conducimos el automóvil corremos el riesgo de un accidente, pero hay una gran diferencia en manejar respetando el límite de velocidad y con el cinturón de seguridad puesto que hacerlo con los ojos tapados a toda velocidad por el medio de la ciudad”.