El cáncer de ano no presenta una incidencia tan elevada como otros cánceres. Pero puede tener un desenlace no deseado si se demora su detección. Y ello puede suceder por la falta de atención a los primeros signos.
EL SANGRADO. El sangrado anal, espontáneo o al defecar, no siempre es síntoma de cáncer, pero no puede menospreciarse. Las hemorroides y las fisuras anales son más frecuentes, en comparación, aunque la aparición de sangre es una de las primeras alarmas para sospechar una neoplasia.
Lo que sucede es que el cáncer de ano, a menudo, comienza como pequeñas lesiones o úlceras en el canal interno anal. Estas lesiones generan un sangrado rojo brillante que se nota en las heces o en el papel higiénico. Si el cáncer progresa, invadirá los tejidos cercanos, incluyendo los vasos sanguíneos. Eso también deriva en sangrado. Algunos tipos de cáncer pueden causar cambios en la coagulación, lo que aumenta el riesgo de sangrado.
SENSACIÓN DE LLENADO. Muchos pacientes con cáncer de ano tienen una sensación de «llenura» en la zona del recto, aunque no tengan acumulación de materia fecal allí. Es como si existiera una masa que les molesta o que les hace sentir deseos de ir al baño.
Esa sensación sería relativamente normal en el contexto de la defecación. Sin embargo, los pacientes van al baño y no expulsan nada. O peor aún, tienen un pequeño sangrado, a consecuencia del esfuerzo que realizan. Por otro lado, el cáncer de ano puede causar dolor localizado. A veces será solo una molestia y, otras veces, una quemazón o incluso una sensación cortante. Dependiendo de la ubicación del tumor, algunas personas experimentarán dolor al sentarse, por la presión ejercida. Y también es posible que aparezca el dolor reflejo hacia otras áreas, como las lumbares, las caderas o la zona genital.
MASA ANAL. Un bulto en el ano puede formarse a medida que el tumor crece y afecta los tejidos circundantes. Podrá ser palpable o no y, en algunos casos, visible. En general, la tumoración maligna aumenta de tamaño con el paso del tiempo. Además, se asocia a dolor, sangrado o cambios en los hábitos intestinales.
Es muy común que este síntoma se confunda con las hemorroides. Por eso puede subestimarse. Sobre todo, si la persona tiene antecedentes de enfermedad hemorroidal.
TRÁNSITO INTESTINAL. La constipación es un síntoma frecuente en varios cánceres, como lo delatan los estudios científicos. De todas maneras, en el cáncer de ano, los cambios en los patrones de evacuación tienen las siguientes características:
Diarrea: puede deberse a la irritación de los tejidos o a cambios en la absorción de agua en el intestino.
Estreñimiento: el cáncer de ano puede obstruir o estrechar el canal anal, dificultando el paso normal de las heces.
Cambios en la consistencia: es posible que las heces se vuelvan más delgadas, debido a la obstrucción parcial del canal anal.
Incontinencia: si el cáncer afecta los músculos que controlan la liberación de las heces, dará lugar a la pérdida involuntaria de heces.
LA PICAZÓN. Irritación de los tejidos: el crecimiento del tumor y la invasión de las estructuras circundantes pueden irritar el área. También podría acompañarse de inflamación.
Secreciones: como explica una publicación de Anorectal Disease: Contemporary Management, algunos tipos de cáncer de ano pueden producir secreciones anormales que entran en contacto con la piel, provocando picazón.