Es cierto que muchas veces no le prestamos apenas atención a determinados procesos del organismo. Vamos al baño y no nos fijamos demasiado en si las heces son normales o si existe algún rastro de sangre o signo inusual en el cuerpo.
Sus músculos, en forma de anillos, albergan múltiples células que, por muy distintas razones, pueden alterar su genética para producir células anormales y cancerígenas. Existen factores de riesgo que podemos controlar, no hay duda, pero en materia de cáncer, como ya sabemos, no todo depende del estilo de vida. Hay factores que se nos escapan y que, por las razones que sean, acaban conformando esta enfermedad de la que debemos conocer los síntomas.
1. SANGRADO
Este es el principal indicador que debemos tener en cuenta. Ahora bien, percibir que sangramos de vez en cuando puede deberse a otras causas que siempre debemos conocer. En ocasiones, son las hemorroides, una simple infección o cualquier otra enfermedad que los especialistas determinarán. Es importante, por tanto, consultar con el médico este problema en cuanto lo percibamos. “La rectorragia es un signo clínico que consiste en la emisión de sangre roja por el ano de forma aislada o junto con las heces”. – Ordás y Panés.
2. SENSACIÓN DE LLENURA
La mayoría de pacientes que han desarrollado un cáncer de ano tienen una sensación de llenura en la zona del recto. Es como si existiera una masa que les molesta o que les hace sentir cierta picazón. En ocasiones, estas masas impiden el correcto tránsito intestinal, de forma que la persona puede perder incluso el control de sus músculos anales. Al principio es algo leve y casi inapreciable. De hecho, lo más común es que la persona espere tiempo (hasta 6 meses) antes de decidir consultar con un especialista, momento en que la sintomatología ya suele ser más evidente.
3. APARICIÓN DE VERRUGAS
El cáncer de ano suele cursar muchas veces con la aparición de verrugas en la región anal. Pueden hallarse en el interior del propio intestino o en el exterior, causando molestias. Muchos pacientes los suelen confundir con simples forúnculos, pero es importante hacer un seguimiento de ellos. No hay que tener miedo o pudor a la hora de consultar este problema con el médico. Nos quedaremos más tranquilos.
4. CAMBIOS EN EL TRÁNSITO INTESTINAL
Todos sufrimos pequeños cambios en el tránsito intestinal de vez en cuando. Pasamos por épocas de estreñimiento, diarrea… Es algo normal. Lo que no es habitual es experimentar ciertas pérdidas, al no poder controlar una adecuada retención o al notar que los músculos intestinales fallan. Cuando los tumores ya están más avanzados se producen este tipo de alteraciones en las que el paciente experimenta la aparición de flujo en la zona del ano.
5. PICAZÓN
La parte baja del cuerpo se percibe de otro modo. Sentimos cansancio en el área lumbar, cierta presión abdominal y, sobre todo, picazón en la zona del recto. Es común asociarlo con las hemorroides. De ahí, que muchas personas recurran a las clásicas cremas o tratamientos para aliviar esa molestia íntima que no solemos compartir con nadie. Sin embargo, incidimos una vez más en la necesidad de consultar con los médicos cualquiera de estos síntomas.