Son al menos 500 personas que se quedaron sin trabajo, desde que la Terminal de Buses cerró sus puertas por la prohibición de los viajes interdepartamentales impuestos con la cuarentena.
Conductores de flotas, ayudantes y vendedores de boletos fueron los más afectados por estos cuatro meses que no existen los viajes interdepartamentales, pues a muchos de ellos los despidieron y les deben sueldos desde hace más de tres meses.
“Qué vamos a hacer. No tenemos trabajo, no tenemos dinero. ¿Con qué vamos a comer?”, dijo con la voz entrecortada don Juan, un boletero que no sabe cómo llevará el pan diario a su hogar.
Algunos comentaron que los dueños de las flotas a un principio les dijeron que les pagarían parte de sus sueldos, les pagaban en cuotas. Pero al extenderse la cuarentena, les dijeron que ellos los llamarían para el pago de sueldos, pero nunca lo hicieron y cuando preguntaban les respondían “la próxima semana”.