Las secuelas del Covid-19 se prolongan en el tiempo y debilitan el organismo de los pacientes. Las afecciones respiratorias y la disfunción pulmonar son las principales secuelas que padecen las personas que lograron vencer al coronavirus, por ello, los neumólogos recomiendan realizar ejercicios de rehabilitación como parte de un proceso de recuperación.
Hasta ayer, el departamento de Santa Cruz registraba 26.480 personas recuperadas de Covid-19. Es la región que mayor número de pacientes curados reporta. En algunos casos, la recuperación total se prolonga por las secuelas de la enfermedad que, además de una sensación permanente de fatiga, puede provocar una deficiencia respiratoria.
La fisioterapeuta y kinesióloga Alejandra Torrico Sengoku trabaja en terapias de rehabilitación respiratoria en pacientes post Covid-19. El coronavirus “es una enfermedad infecciosa que puede causar importantes disfunciones respiratorias y físicas a corto y largo plazo, que requieren la aplicación de técnicas de rehabilitación adaptadas a las necesidades de cada paciente”, indica la profesional.
Los ejercicios de recuperación están recomendados para pacientes que salieron de la Unidad de Cuidados Intermedios (UCI), los pacientes hospitalizados que no ingresaron a UCI y pacientes que se recuperaron en casa. “Lo importante consiste en combatir y prevenir las complicaciones que esta enfermedad deja a cada paso, que incluyen principalmente la afección en los pulmones, debilidad muscular generalizada, rigidez en las articulaciones, trastornos neuro-psicológicos y problemas emocionales”.
La terapia respiratoria que realiza Torrico complementa el tratamiento dispuesto por un neumólogo, quien es el responsable del control y seguimiento constante. Los ejercicios pretenden restablecer el patrón ventilatorio y el volumen pulmonar que “pueden haber quedado afectados tras la infección por coronavirus, especialmente en aquellos casos que hayan cursado con neumonía”.
Son técnicas encaminadas a aumentar el volumen pulmonar inspiratorio y reducir el trabajo ventilatorio o dificultad respiratoria.
1.-Respiración labios fruncidos
Este ejercicio ayuda a reducir la sensación de disnea o dificultad respiratoria. Se puede considerar como una técnica independiente o asociada a otras como el ejercicio físico. Recomienda inspirar (meter aire) lentamente por la nariz, aguantar el aire 2-3 segundos, si se puede, y expulsar el aire lentamente por la boca. Para expulsar el aire, los labios adoptarán la postura que se asume para pronunciar la letra u.
2.-Abdominal o diafragmática
El cuerpo permanece tumbado con las piernas semiflexionadas (se puede poner un cojín debajo de éstas) o sentado en una silla. Las manos se colocan en el abdomen para sentir cómo la barriga sale al tomar aire (inspirar) y se esconde al sacar el aire (espirar). Al igual que en el ejercicio anterior, el aire se toma por la nariz (el máximo que se pueda) y se expulsa lentamente por la boca con los labios fruncidos. Se recomienda realizar 15 respiraciones por la mañana y por la tarde.
3.-Respiración costal (ejercicios de expansión torácica)
El ejercicio es similar al anterior, pero, en este, las piernas permanecen estiradas. La inspiración de la máxima cantidad de aire por la nariz continua con la espiración, lentamente, por la boca. La recomendación sugiere repetir de 10 a 15 respiraciones tanto en la mañana como en la tarde.
4.-Ejercicios de espiración lenta con la boca abierta
Ideal para mover secreciones que puedan estar de manera “más profunda” en los pulmones y acompañar el proceso expulsión con una tos. El cuerpo reposa tumbado de lado en una superficie plana (como la cama) mientras se inspira por la nariz de manera normal.
La espiración, con la boca abierta de manera lenta, trata de vaciar del todo los pulmones. El ejercicio se prolonga durante 5 minutos y se replica con el cuerpo acostado en ambos lados. Si en algún momento durante el ejercicio sobreviene un ataque de tos para expulsar una secreción, se recomienda pasar a la posición de sentada, inspirar profundamente y toser.
5.-Ejercicios de espiración con ayuda de presión espiratoria positiva doméstica (Bottle PEP)
Este ejercicio también ayudará a mover secreciones que puedan estar de manera “más profunda” en los pulmones hacia la zona más cercana a la boca para después expulsarlas con una tos. Realizaremos espiraciones (salida de aire desde los pulmones) en una botella de agua a través de una bombilla o tubo de plástico durante 5 o 10 minutos, dos veces al día. El tubo o bombilla debe estar al menos a 3 cm. del fondo de una botella que contenga agua, hasta la mitad de la misma.
6.-Ejercicios físicos para la readaptación a la vida diaria
La normalidad en el ejercicio físico conlleva una ruta específica para evitar molestias y dolores. No se recomienda realizar esfuerzo si se manifiesta fiebre o mucha sintomatología respiratoria (sensación de ahogo o dificultad al respirar).
Antes de forzar el ejercicio intenso, se sugiere ejercicios continuados cada hora que intercalen ejercicios aeróbicos y de fuerza o resistencia (uno de brazos y uno de piernas). Es importante realizar ejercicio a diario, siempre y cuando el estado físico y la sintomatología lo permitan. Durante los ejercicios, el paciente debe coordinar la inspiración, durante la contracción muscular, y espiración durante la relajación (se puede usar los labios fruncidos en la espiración).