Ritual satánico: Un niño fue violado y asesinado

Pasaron más de seis años desde el crimen, que sacudió a toda la provincia por su ferocidad y porque movilizó a todo el pueblo de Quimilí, a 210 kilómetros al sudoeste de Santiago del Estero, y recién este fin de semana la justicia santiagueña condenó a prisión perpetua a los autores del crimen de Marito Salto, el niño de 11 años que fue abusado y asesinado luego en un ritual umbanda.

La justicia dispuso la prisión perpetua para Miguel “El Brujo” Jiménez, de 62 años, sindicado como el autor intelectual del asesinato y de Rodolfo Sequeira (47), acusado de partícipe primario. También fueron condenados Ramón Rodríguez (11 años de prisión) como partícipe secundario y Daniel y Ramón Ocaranza, María Eugenia Montes y Pablo Ramírez, fueron encontrados culpables de “encubrimiento agravado”, con 3 años de prisión efectiva.

El tribunal que llevó adelante el juicio estuvo integrado por Alfredo Pérez Gallardo, Daniela Campos Nittinger y Luis Domínguez. Tras nueve meses de investigación, en la noche del viernes dictaron la sentencia y los votos se conocerán el 18 de octubre.

El 31 de mayo de 2016, Marito agarró su bicicleta y se dirigió hacia una represa en las afueras de Quimilí, un pueblo de 24.000 habitantes. Transcurrieron las horas y nada se sabía del niño. El pueblo entero comenzó una exhaustiva búsqueda, hasta que el 2 de junio se encontraron sus restos. Su cuerpo descuartizado, abusado, tirado en un camino vecinal en las afueras, había sido puesto en bolsas de residuos.

De acuerdo a la acusación fiscal, Marito fue raptado cuando se dirigía a la represa a pescar; luego sería sacrificado en un rito satánico orquestado por “El Brujo” Jiménez, ayudado por el resto de los condenados. Se comprobó que fue abusado sexualmente, asesinado y luego descuartizado.

La jueza a cargo de la causa, Rosa Falco, dictó en junio de 2019, los once procesamientos, que meses después fueron apelados. La magistrada recordó en ese momento que en el marco de la investigación ordenó tomar más de 3.400 muestras de ADN de habitantes de Quimilí y de las localidades aledañas Weisburg y Otumpa para que fueran analizadas en el Laboratorio de Genética y comparadas con rastros hallados en el cuerpo y la ropa del niño, aunque “no hubo resultados compatibles hasta el momento”.

En el alegato de la fiscal, Mariela Bitar de Papa, durante la etapa de instrucción e investigación de la causa, quedó acreditado que el niño fue víctima de “un crimen en un ritual satánico en ofrecimiento a San La Muerte”.

Durante las innumerables marchas, unas 160 en total inclusive durante la pandemia, “El Brujo” Jiménez participó de muchas de ellas para pedir justicia, hasta que, en procedimientos en su domicilio y por declaraciones de otros de los acusados, se supo que habría sido el autor intelectual del macabro hecho.

Tras el fallo conocido este viernes, la fiscal Bitar de Papa, si bien estaba conforme, pidió que tanto Jiménez como Sequeira sean considerados autores materiales del asesinato, pero el tribunal se mantuvo firme con las calificativas, condenándolos como autor intelectual y partícipe primario, respectivamente. La fiscal dijo, además, que recurrirá la sentencia por la absolución de uno de los acusados, de apellido Sosa. Agencias