Heladero torturó, mató y violó a 34 niños

En 1999, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tomaron la cárcel de Bolívar, en el Valle del Cauca, y dejaron a libertad a los presos, la celda de Manuel Octavio Bermúdez llamó la atención de las autoridades.

Si bien en ese momento no había quedado rastro del paradero del hombre que estaba acusado por abusar sexualmente de un menor de edad, sí encontraron un libro y recortes de diarios sobre Luis Alfredo Garavito, conocido como “La Bestia” por haber asesinar a chicos en rituales satánicos.

Años más tarde, se descubriría que Bermúdez era “el monstruo de los cañaduzales”, un asesino serial que vendía helados para engañar a niños y llevarlos hasta las plantaciones de caña de azúcar. Allí, después de abusarlos sexualmente, los asfixiaba con una soga y abandonaba los cuerpos. Su captura ocurrió en 2003, después de que una de las víctimas lograra escapar y otorgara su descripción física a los investigadores. En la actualidad, figura entre los homicidas más despiadados de Colombia.

Manuel Octavio Bermúdez Estrada nació el 15 de octubre de 1961 en Trujillo, un municipio colombiano. Desde el inicio, su infancia estuvo atravesada por varios episodios conflictivos, ya que su madre lo abandonó cuando tenía cinco años y lo dejó al cuidado de una familia cercana.

Varios años más tarde, Bermúdez encontró un “refugio” en una persona que, para el resto de la sociedad, era un monstruo. Era Luis Alfredo Garavito, uno de los asesinos seriales más peligrosos de la década de los 90 en Colombia. “La Bestia” era un ídolo para él, ya que sus historias de vida eran muy similares.

Así fue cómo empezó a imitar su modus operandi para atacar a sus víctimas. Se hacía pasar por una persona enferma o simulaba estar perdido para poder entablar una conversación con niños de entre 9 y 13 años de edad. Una vez que lograba entrar en confianza, los llevaba a un lugar aislado y abusaba sexualmente de ellos.

Hasta el momento, “el monstruo de los cañaduzales” cumple su sentencia en la cárcel La Tramacúa, en Valledupar. En ese penal convivió por algunos años con su ídolo, Luis Alfredo Garavito, hasta el 12 de octubre de 2023, fecha en la que “La Bestia” murió a los 66 años por un cáncer. Agencias