¿Quién era el Monstruo de Tapacarí? El cura que violó a 30 niños

Tras 17 años de fuga, el ex sacerdote Juan José Santana Trinidad fue capturado por Interpol en su domicilio en la ciudad de Salto, Uruguay. Santana está acusado de haber abusado sexualmente de al menos 30 niños quechuas entre 2005 y 2007 en el internado “Monseñor Ángel Gelmí” del municipio de Tapacarí en Cochabamba.
El internado albergaba a 72 varones de entre 6 y 17 años de edad. Sin embargo en 2007, una religiosa descubrió los abusos y los testimonios de los niños confirmaron los hechos, lo que destapó «la olla de grillos».
«El Padre Juanjo», como muchos lo conocían, ahora tiene 51 años y durante todo ese tiempo, permaneció en la casa de sus padres en un tranquilo barrio de Salto, un departamento de Uruguay limítrofe con Argentina. Así lo revela una investigación del diario uruguayo El País.
Santana que fue declarado prófugo, siempre ha estado en el mismo lugar, pero ni la Iglesia ni la Justicia de Bolivia, mucho menos de Uruguay, lo fueron a buscar. Sin embargo, si fue hallado por al menos tres periodistas, con los que se entrevistó, admitió lo que hizo y siguió cómodo y libre en su escondite.
El periodista boliviano Erick Ortega viajó a Uruguay, en 2023 y logró ubicar sin dificultades al sacerdote denunciado. Para su sorpresa, según publicó, Santana accedió a hablar. En la entrevista, el exreligioso se declaró “recontra arrepentido” y dijo “Yo me pregunto qué me pasó para terminar así, para desbarrancarme de esa manera”, confesó. También afirmó que desde aquellos hechos “dejó de vivir”.
Según el testimonio de algunas víctimas, el sacerdote invitaba a niños y adolescentes, de entre seis y 18 años, de un internado rural a ver videos a su cuarto, los encerraba con llave y los sometía a prácticas sexuales.
Sobre cómo se destaparon los delitos hay dos versiones. Una indica que una religiosa del internado lo encontró en una escena comprometedora con uno de los internos. La otra versión tiene como protagonista a la misma mujer e indica que un adolescente le narró llorando lo que había vivido.
Ahora, tras 17 años de haber estado prófugo, pero viviendo una vida «tranquila», sus víctimas podrían estar viendo a su verdugo detrás de las rejas.