Recientemente se registraron hechos preocupantes en Cotapachi, que ponen en evidencia que la crisis de residuos no es nueva. Las autoridades señalan que este problema viene desde hace más de 20 años, y persiste a pesar de los esfuerzos intermitentes para solucionarlo.
Cochabamba tiene un conflicto no resuelto desde hace más de 20 años; hablamos de la basura que no solamente afecta al municipio, sino a otros municipios del eje metropolitano. La semana pasada el conflicto estalló en el municipio de Colcapirhua.
El conflicto se desató la mañana del 8 de diciembre después de que la policía intervino un bloqueo que se llevaba a cabo por parte de los comunarios de Cotapachi, impidiendo al municipio de Colcapirhua ingresar basura por más de 12 días que opera en el municipio y jurisdicción de Quillacollo.
Duros enfrentamientos se registraron en una primera instancia el 4 de diciembre, donde funcionarios municipales de Colcapirhua se enfrentaron a los bloqueadores. Un segundo enfrentamiento fue 4 días después, que terminó con la muerte de 3 personas y dejaron varios heridos por uso de arma de fuego.
Se inició una investigación exhaustiva conformada por una comisión de fiscales que fueron a la zona donde encontraron 16 casquillos; 13 corresponden a un arma calibre 9 mm y tres a una escopeta. Un policía confesó haber hecho uso de su arma de fuego, según declaró en legítima defensa.
El conflicto dejó dos comunarios de Cotapachi muertos, pero también resultaron 7 policías heridos, uno de ellos el subteniente que disparó su arma, pero también que recibió tres disparos de escopeta en su cuerpo; quedó con más de 30 perdigones metálicos en sus piernas y rostro. Del lado de los comunarios de Cotapachi, 8 personas resultaron heridas, uno por impacto de bala en el abdomen y los otros por golpes.
Todos perdieron en los enfrentamientos, además de que están relacionados con un tema de límites entre el municipio de Colcapirhua y Quillacollo. El saldo: familias que no tienen ya a sus seres queridos, otras que tienen heridos y un policía que afronta una acusación por homicidio.
Autoridades de la fiscalía han manifestado que el conflicto en Cotapachi se inició por un tema de límites; el detonante fue una vez más el tema de la basura, un problema que el cercado viene arrastrando por más de 20 años.
En Cotapachi y Valle Bajo de Cochabamba están los rellenos sanitarios de Colcapirhua y de Quillacollo. Además de una celda de emergencia que hace meses sirvió a la empresa Tunki para llevar allí los residuos sólidos que se generaban en la ciudad de Cochabamba en los días en que se registraban bloqueos en el ingreso al relleno sanitario de K´ara K´ara.
Es precisamente por este tema del depósito de basura que se afirmó que aquí el conflicto fue por límites, mientras autoridades de la fiscalía afirmaban que el verdadero móvil de los conflictos eran límites. Tras una reunión entre alcaldes de Colcaprihua, Quillacollo y la gobernación, estos manifestaron que el tema no eran límites y que no se sabía con exactitud el verdadero origen de la discordia.
El problema de fondo es la basura, un conflicto al que el municipio no ha podido dar solución por más de dos décadas desde K´ara K´ara.
La basura en Cochabamba se ha vuelto el detonante de varios conflictos, entre ellos el relleno sanitario de K´ara K´ara, un espacio que tiene 38 años de uso activo desde que empezó a operar en 1987, considerándose como sitio de disposición final en 1993. Desde entonces y por la explosión demográfica de la zona, muchos vieron en la basura la gallina de los huevos de oro. La población que vivía en sus alrededores empezó a exigir beneficios, desde la construcción de centros de salud hasta centros sindicales empedrados y asfaltados. Cuando la zona se urbanizó permanentemente, exigieron el cierre del lugar.
Los contenedores de basura de la ciudad en varias oportunidades se saturan de basura, todo por los conflictos que se registraban en la zona de K´ara K´ara con bloqueos incluso indefinidos.
Por varios años el conflicto y en decenas de ocasiones se vio un mismo panorama en las calles: basura por todos lados y bloqueos permanentes en el ingreso al relleno sanitario de K´ara K´ara. El problema llegó a su punto más alto el mes de mayo del año pasado cuando el relleno sanitario fue bloqueado por 15 días, dejando llena de basura a toda la ciudad. La intervención del entonces ministro de gobierno Eduardo del Castillo y los nexos políticos con el MAS lograron levantar la medida de presión. El tribunal agroambiental intervino y el relleno sanitario de K´ara K´ara como disposición final de los residuos sólidos de Cochabamba tiene sus días contados; deberá cerrar el 30 de abril de la gestión 2026.
Pero el problema no está resuelto por el cierre del relleno sanitario; al contrato es el conflicto que ahora debe enfrentar el municipio de Cochabamba por las observaciones que se realizaron al contrato con la empresa SIMVA por el monto que supera los 1300 millones de bolivianos.
¿Cuál debería ser la salida al tema de la basura en el municipio? Las voces y las ideas son muchas, pero mientras nadie se pone de acuerdo, el problema sigue latente: ¿qué hacer con las más de 650 toneladas que genera la ciudad cada día? Se desarrolló el cierre técnico a través de la empresa Tunky hasta este jueves 11 de diciembre; a pesar de esa fecha, se hace cargo de los trabajos la empresa EMSA hasta que se firme contrato con el consorcio SIMVA que se adjudicó el proyecto del tratamiento de la basura en medio de polémica y el rechazo de varios sectores. Un contrato que hasta ahora no puede hacerse efectivo, pues la empresa no tiene aún en mano la boleta de garantía por los más de 1300 millones de bolivianos que dicta el contrato por los próximos 25 años de operación. RED UNO
