Agencias
Durante la temporada navideña, las reuniones sociales abundan, trayendo consigo comidas deliciosas y una variedad interminable de cócteles festivos. Aunque celebrar puede ser motivo de alegría, muchos cometen un error frecuente y subestimado: descuidar la hidratación cuando consumen alcohol.
Según nutricionistas registrados, este hábito puede tener consecuencias inesperadas que afectan tanto la calidad de vida inmediata como el bienestar general a corto plazo.
LA DESHIDRATACIÓN:
EL PEOR ERROR
Beber alcohol sin alternar con agua es el error número uno durante las fiestas, especialmente en quienes asisten a múltiples eventos en pocos días.
El alcohol actúa como diurético, lo que significa que impulsa al organismo a eliminar líquidos a través de la orina. Al hacerlo, no solo se pierde agua, sino también electrolitos esenciales, poniendo en riesgo el balance hídrico del cuerpo.
Kait Richardson, nutricionista, enfatiza: “Esto puede causar dolores de cabeza, fatiga, mareos y piel seca”.
Además, el acto social de brindar y consumir varias rondas de bebidas suele distraer de las necesidades fisiológicas. La atención se centra en el ambiente festivo y el consumo de alcohol, relegando la importancia del agua a un segundo plano. Esto genera un círculo vicioso en el que la hidratación pasa desapercibida y sus consecuencias se agravan.
RIESGOS
No beber suficiente agua mientras se consume alcohol puede tener consecuencias importantes más allá de la simple sed. Entre los riesgos destacan la afectación en la calidad del sueño y el funcionamiento del sistema digestivo, así como la posible intensificación de los síntomas de la resaca.
Por un lado, el alcohol afecta el sueño al interrumpir las fases reparadoras y aumentar la frecuencia con la que una persona se despierta por la noche. La deshidratación, a su vez, agrava estos efectos.
“La deshidratación empeora esto al aumentar la frecuencia cardíaca y dificultar que el cuerpo se asiente y se recupere”, indica Alex Larson, nutricionista registrada.
El resultado frecuente es una sensación de cansancio y aturdimiento al día siguiente.
El sistema digestivo también se resiente con la falta de hidratación. Para que los alimentos transiten de forma adecuada, el agua es indispensable. Cuando el organismo se encuentra deshidratado, surgen problemas como hinchazón y estreñimiento, tal como señala Richardson.
Aunque la deshidratación no es la única causa de la resaca, contribuye significativamente a síntomas molestos como dolor de cabeza, fatiga y sed.
Un estudio reciente publicado en National Institute On Alcohol Abuse and Alcoholism señala que incrementar el consumo de agua puede ayudar a aliviar algunos síntomas, como la sequedad bucal, pero no elimina por completo el malestar general de la resaca, confirmando que esta y la deshidratación son procesos diferentes.
CONSEJOS
Ante este escenario, las recomendaciones de los especialistas se centran en la prevención activa y en la incorporación de hábitos simples.
Un primer consejo es comenzar el día tomando agua antes de salir de casa, especialmente si se tiene planeado beber alcohol por la noche. “Esta es una buena manera de empezar el día hidratado”, recomienda Kristen Carli, nutricionista.
Richardson agrega que “es especialmente importante mantenerse hidratado por la mañana si vas a beber alcohol por la noche”.
La “regla del sándwich de agua” se presenta como una fórmula efectiva: beber un vaso grande de agua antes y después de cada bebida alcohólica. De esta manera, se disminuye el riesgo de deshidratación y se atenúan los efectos negativos del alcohol.
Mantener una botella de agua al alcance, tanto en salidas como en casa, favorece que la hidratación sea constante y no dependa de la voluntad de pedir un vaso en medio de la celebración. Como refuerza Larson, “la gente bebe más cuando tiene agua a mano”.
