El joven de 19 años, que sufre discapacidad desde que era un niño, tiene cataratas que están afectando sus ojos. Su abuela está a cargo de él
Paola Mamani sale cada día desde su cada en el barrio 23 de Octubre, por Tierras Nuevas, hasta el mercado Abasto, con su nieto Juan Dios Puma, de 19 años.
Juntos, apelan al buen corazón de la gente, pidiendo ayuda en las intersecciones. Ella es una mujer de la tercera edad que quedó a cargo de su nieto con capacidades diferentes, debido a una parálisis sicomotora, que según ella es de nacimiento.
Hoy, Juan Dios tiene otro conflicto, está perdiendo la visión por una catarata con facoemulsificación. Con un ojo ya no ve, y su abuela quiere salvarle el otro. Ya fue a cotizar la ayuda para una cirugía, pero el precio está lejos de su realidad. Por eso apela al corazón de la gente.
«Él no tiene papá ni mamá, yo como su abuelita me hago cargo, pero soy de la tercera edad y no percibo bonos ni ayuda», dijo, y dio su número como referencia (755-79662). Agencias