Una vida de violencia terminó en un episodio que cambió el destino de una familia, la esposa y madre estuvo cerca de la muerte, mientras el padre y agresor pasará 30 años en prisión por haberle disparado en tres ocasiones a la mujer con la que compartió 56 años, porque ella no le había preparado la cena. Aquel episodio que casi le cuesta la vida a Esther Contero, de 77 años, fue también lo que la libró de un infierno, pues de acuerdo con su hija Rosario Contero, la violencia siempre estuvo presente en el matrimonio de la víctima y el victimario, por lo que dijo al medio Kens 5 que por fin su madre sería libre.
Fue el 18 de octubre de 2022 cuando Alejandro Contero, el hombre de ahora 79 años y residente de Poteet, en el condado Atascosa, Texas, atacó a tiros a su esposa. Más de un año después, se declaró culpable del ataque. Recientemente Contero recibió un cargo de delito grave en primer grado de agresión agravada con un arma mortal que causó lesiones corporales graves a un miembro de la familia. Alejandro Contero podrá optar a la libertad condicional después de cumplir 15 años de su sentencia, y para ese momento tendrá 93 años.
La hija del matrimonio fue un testigo clave en el juicio, ella narró que desde que eran niños vieron el maltrato e incluso lo normalizaron, conforme crecieron se dieron cuenta de que eso era violencia y pese a los años su padre intenta seguir actuando violentamente contra ellos, e incluso contra sus nietos.
“Física y emocionalmente todavía está luchando, pero está viva. Está libre de ese reinado de abuso que sufrió durante más de 50 años“, dijo sobre su madre, y puntualizó que ahora por fin podrá vivir tranquilamente en su propia casa. Aquel hogar fue su prisión durante años, no podía siquiera encender una luz sin pedir permiso, tampoco cambiar las cortinas, mover un cuadro, todo tenía que ser aprobado por el hombre con el que compartió gran parte de su vida y quien nunca le dio el trato digno que merecía. Al respecto, opina que los votos que se hacen en el matrimonio no deben ser una atadura, las personas deben irse ante la violencia y no aguantar cinco días, meses o 56 años de maltratos. Agencias