Adidas y Nike dejan a un lado su rivalidad y dan histórico mensaje contra el racismo en medio de las protestas

“Seamos todos parte del cambio”. Una frase corta y contundente que invitó a una reflexión a nivel mundial y despertó una inesperada campaña de dos de las marcas de indumentaria más importantes del mundo en medio de las masivas protestas en Estados Unidos tras la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd luego de haber sido víctima de un caso de abuso policial.

El video que publicó Nike en sus redes sociales no buscó la grandilocuencia audovisual, pero sí contó con un enorme impacto en su mensaje: “No finjas que no hay un problema en Estados Unidos. No le des la espalda al racismo”. La viralización del video se potenció definitivamente horas más tarde luego de la inédita iniciativa de Adidas, la competencia directa en el mercado: citó el tuit del perfil oficial de la marca norteamericana y acompañó la propuesta. “Juntos es como avanzamos. Juntos es como hacemos el cambio”, escribieron desde la firma alemana.

“Por una vez, no lo hagas. No pretendas que no hay un problema en Estados Unidos. No le des la espalda al racismo. No aceptes que nos quiten vidas inocentes. No pongas más excusas. No pienses que esto no te afecta. No te sientes y hagas silencio. No pienses que no puedes ser parte del cambio. Seamos todos parte del cambio”, es el texto completo que emitió en el video la empresa norteamericana que nació a mediados de los 60 y tuvo su salto definitivo al escenario mundial de la mano del basquetbolista Michael Jordan en los 80.

Entre ambas cuentas –y sólo contabilizando la plataforma Twitter– se acumularon más de 100 mil réplicas y más 240 mil favoritos, además de impulsar el hashtag #UntilWeAllWin (Hasta que ganemos). En el mensaje hay un guiño con el lema “Just do it” (Sólo hazlo) de Nike, que se transformó en “For once, don’t do it” (Por una vez, no lo hagas) para concientizar sobre el avance del racismo y la complicidad del silencio de quienes no lo denuncian.

El trágico hecho que desencadenó esta inédita movida ocurrió el lunes 25 de mayo, cuando la Policía de Minneapolis (Minnesota) interceptó al ciudadano afroamericano Goerge Floyd y lo detuvo tras la denuncia del dueño de una tienda de la ciudad, quien aseguró que le había pagado con un billete de 20 dólares apócrifo. El violento accionar de las fuerzas de seguridad contra Floyd se viralizó gracias al video que grabó un transeúnte: ya con George en el piso, un agente sostuvo su rodilla contra la cabeza del hombre de 46 años durante varios minutos, inclusive cuando él le advertía que no podía respirar.

“Por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor”, insistió él sin tener una respuesta positiva desde el otro lado. Tras su muerte, horas más tarde, esa frase se transformó en un lema de protesta que adoptaron miles de personas y que movilizó el reclamo de personalidades destacadas del deporte como Lebron James y Magic Johson, entre otros. “Ser afroamericano en Estados Unidos no debería ser una sentencia de muerte. Durante cinco minutos vimos como un oficial de policía blanco presionó su rodilla contra el cuello de un hombre afroamericano. Cuando escuchas a alguien pedir ayuda, debes ayudar. A este oficial le falló su humanidad más básica”, denunció el propio alcalde de la ciudad de Minneapolis, el demócrata Jacob Fray, luego de conocerse lo ocurrido.

Las primeras marchas para reclamar Justicia y visibilizar estos casos de racismo entre agentes de las fuerzas del orden y ciudadanos afroamericanos se profundizaron hasta decantar en violentas protestas en la ciudad. Tras la detención de Derek Chauvin, el Policía señalado como quien terminó con la vida de Floyd, hubo disturbios de gran calibre en diferentes puntos de Estados Unidos: incendiaron edificios en Minneapolis, vandalizaron las oficinas de la cadena de noticias CNN en Atlanta y se registró la muerte de un joven protestante de 19 años por un disparo en Detroit, entre otras tantas situaciones Phoenix, Lincoln y Las Vegas, por citar algunos ejemplos.

El reclamo unánime de una población llegó hasta las oficinas de las dos grandes potencias mundiales en indumentaria deportiva. Nike, con puntos comerciales en más de 40 países, tomó la iniciativa de condenar los casos de racismo que afectan al país que vio nacer a la empresa. En complicidad, la marca alemana –que en el 2019 produjo más de 1.100 millones de productos deportivos y generó ventas por 23.640 millones de euros– dejó de lado las disputas comerciales y se unió al mensaje de su máximo competidor.