Según una investigación realizada por el periódico El Deber en el trópico cochabambino padres de familia prostituyen a sus hijas apenas llegan a la adolescencia debido a la precaria situación económica en la que viven.
En el informe se incluye el relato de una trabajadora sexual en el trópico de Cochabamba. La mujer detalla que los padres de las menores de edad entregan a sus hijas a los dueños de los prostíbulos para que sean comercializadas. Asimismo, en las carreteras del Chapare aumentó el comercio sexual.
“La más jovencita que he visto era una chica de 13 años que su papá le ha traído, eran de los yuqui. Ha estado una semana, después su papá ha venido y se la ha llevado. He escuchado que varias jovencitas de los yuqui trabajan más allá del cuartel de Chimoré. Los papás les obligan a hacer eso. Aquí a los yuqui no los quieren porque toman harto, son muy borrachos, toman alcohol puro. Me imagino que por eso hacen trabajar a sus hijas”, afirmó la trabajadora sexual.
Por lo general estas menores trabajan en locales nocturnos no solo alquilando sus cuerpos sino también sirviendo bebidas alcohólicas, pues el negocio está en hacer beber a los clientes, por cada botella de cerveza la menor recibe Bs 5, más allá de sus ganancias como damas de compañía. No obstante, no es tan simple pues para convencer al cliente de que consuma, ellas también deben beber, por lo que hay muchos casos en que las adolescentes se hacen dependientes del alcohol, aumentando el porcentaje de alcoholismo.
Las víctimas deben dar la mitad de sus ganancias a la administración, que es la que habilita los ambientes.
Datos
Las propietarias de los prostíbulos son quienes arreglan las menores, tratan de que se vean más provocativas y darles una apariencia de mujeres más adultas.
Son niñas con los labios pintados, el pelo teñido, vestidos ajustados todo con el objetivo de despertar la lujuria en aquellos hombres que visitan esos lugares dedicados al sexo. Sin embargo, son solo niñas.