Un enorme muro de arena cubrió Niamey, la capital de Níger, en África, durante la cuarentena en plena pandemia del coronavirus y las personas registraron este fenómeno meteorológico en forma de polvo rojizo que aparenta tener cientos de metros de altura.
Según se informó, las tormentas de arena son comunes en toda África Occidental y pueden alcanzar los 1.800 metros de altura y decenas de kilómetros en extensión que avanzan a 30 o 50 kilómetros por hora con olas de viento en su interior que superan los 100 kilómetros por hora.
Asimismo, se le conoce en el continente africano como haboobs, siendo tan asombrosas, pero también peligrosas y surgen de las zonas secas o desérticas.
Además, las personas que se encuentran expuestas a esta concentración de arena y polvo tendrían consecuencias graves para la salud como problemas respiratorios. Sin embargo, las autoridades locales no han reportado pérdidas humanas ni daños materiales.
Cabe resaltar que la visibilidad de estos fenómenos meteorológicos es prácticamente nula por las direcciones donde pasan y supone una gran devastación para aviones o coches que cruzan en su camino. Agencias