Sin Neymar, Mbappé, Sergio Ramos y compañía, Kimpembe y Achraf Hakimi, que debutó en partido oficial con el PSG, fueron los dos únicos futbolistas de un hipotético once de gala que Mauricio Pochettino pudo poner en liza en Tel Aviv. Por su parte, el vigente campeón de la Ligue 1 apostó, pese a la novedad de Gouverennec por Galtier en el banquillo, por el mismo sistema y futbolistas que le dieron el cetro liguero la campaña pasada, aunque ya sin Maignan y Soumaré, traspasados al Milan y al Leicester City, respectivamente.
El turco Burak Yilmaz fue un dolor de cabeza para la defensa parisina desde el pitido inicial. Lo intentó en el 5’ con un tiro libre que despejó a córner con una buena mano Keylor Navas, titular en ausencia de Donnarumma, y tuvo el 0-1 en el 39’ tras una contra velocísima liderada por los dos Jonathan: Bamba y David.
Jarro de agua fría para un PSG inoperante en ataque, totalmente dependiente de las internadas por banda derecha de Achraf, silbado por el público israelí durante todo el encuentro por un tuit reciente en el que pedía la liberación del pueblo palestino.
La primera ocasión clara del PSG llegó a balón parado. Transcurridos 9’ de la reanudación, Icardi habilitó con la cabeza a Diallo, que no acertó a dirigir entre los tres palos un testarazo franco. A 20’ del final Pochettino recurrió a Wijnaldum, que también se estrenó con su nuevo equipo y que a punto estuvo de ser decisivo. El neerlandés asistió a Icardi en una acción que acabó con el balón dentro de las mallas -invalidada por posición antirreglamentaria del argentino- y a punto estuvo de empatar el partido en el tiempo de descuento, pero Leo Jardim, titular en espera de un recambio de Maignan, le negó la gloria al centrocampista pretendido este verano por el FC Barcelona.