La mayoría de las personas descuida sus pies hasta que desarrolla alguna condición que los hace sentir cansados o enfermos, como el clásico ardor en los pies. Es importante considerar que estos soportan el peso corporal y todo tipo de sobrecargas adicionales que tenemos día a día.
Se trata de un indicio de alteraciones en la función del sistema nervioso. Puede ser producto de la diabetes, el abuso de alcohol o la acumulación excesiva de toxinas. Soluciones caseras para el ardor y dolor en los pies.
AGUA FRÍA
La terapia con agua fría es uno de los mejores remedios caseros para controlar la sensación de hormigueo e inflamación en los pies. ¿Cómo utilizarla? Tan solo debes seguir estos pasos:
Agrega agua fría en un recipiente y sumerge los pies por 5 minutos. Descansa los pies fuera del agua unos instantes y sumérgelos de nuevo. Sécalos bien y usa un calzado ventilado. Repite el procedimiento varias veces al día si lo consideras necesario.
VINAGRE DE MANZANA
El prodigioso vinagre de manzana no solo disminuye la presencia de hongos en los pies, sino que equilibra su pH natural y actúa como calmante. Para aprovechar sus virtudes, debemos proceder así: Vierte un cuarto de taza de vinagre de manzana en un recipiente con agua caliente y sumerge los pies durante 20 minutos. Sécalos bien y repite su uso si los síntomas persisten.
CÚRCUMA
El compuesto activo de la cúrcuma, la curcumina, mejora la circulación sanguínea y disminuye la inflamación. Gracias a estas cualidades, también podemos usarla como tratamiento contra el ardor en los pies y el dolor que nos aqueja.
Humedece un par de cucharadas de cúrcuma en polvo y frótala sobre las áreas afectadas con un suave masaje. Cúbrelo con un vendaje y déjalo actuar un par de horas. Enjuaga con abundante agua, ya que la especia puede manchar la piel. Úsalo durante varios días o hasta reducir el ardor.
SALES DE EPSOM
Las sales de Epsom son el remedio clásico para relajar los pies y darles alivio ante la tensión e inflamación. Compuestas por sulfato de magnesio, son un gran calmante natural que, incluso, regula la función de los nervios alterados. Para utilizarlas:
Incorpora media taza de sales de Epsom en un recipiente grande con agua caliente, de modo que pueda cubrir los pies. Remoja los pies durante 10 minutos y sécalos bien. Pon en práctica este remedio una vez al día, durante tres o cuatro días seguidos.
TOMILLO
Los expertos en medicina alternativa recomiendan el tomillo para calmar el hormigueo y entumecimiento de los pies. Gracias a sus propiedades, activa la circulación de la sangre y reduce la obstrucción que impide el paso adecuado del flujo sanguíneo. Por otra parte, el tomillo cuenta con propiedades antimicrobianas que resultan favorables para el tratamiento de los hongos y las infecciones bacterianas. Estas son las indicaciones de uso:
Incorpora un puñado de tomillo en dos recipientes distintos. Sobre uno de ellos vierte agua caliente, y sobre el otro, agua fría. Remoja los pies en el cuenco de agua caliente durante 5 minutos; luego, cambia al de agua fría otros 5 minutos. Repite el proceso si los síntomas reaparecen.
ACEITE DE OLIVA
Un simple masaje con aceite de oliva u otro aceite esencial relajante disminuye la inflamación, el dolor y la sensación de ardor en los pies. Este tratamiento tiene un efecto calmante y aumenta la circulación sanguínea de los pies.
Calienta una pequeña cantidad de aceite de oliva y frótalo sobre las áreas afectadas con suaves movimientos circulares. Haz una breve presión, con los dedos firmes, por lo menos, durante 10 minutos. Repite el tratamiento todos los días, antes de ir a la cama.
Para concluir, recuerda potenciar los efectos de estos remedios con la práctica constante de actividad física y el uso de zapatos adecuados. Ambos factores son determinantes para controlar y evitar la recurrencia de los síntomas.