Nadie es profeta en su propia tierra y Cochabamba ha sido una bendición en mi vida porque me ha tratado muy bien”, dijo Álvaro Revoso al iniciar la entrevista con LA VOZ.
Nació en Oruro, pero por azahares de la vida llegó a la Llajta hace más de 15 años y fue el municipio de Quillacollo que lo recibió con las manos abiertas y le dio las oportunidades para hacer lo que más le gusta, la música.
Álvaro es un “buscador de vida” y no se muere de hambre pues si la situación lo golpea el siempre encuentra la salida para ir hacia adelante. Es músico, mago y repostero y si tuviese que aprender un nuevo oficio lo haría.
NIÑEZ, CARENCIA Y MUSICA
Es el penúltimo hermano entre siete, además de ser el único varón por lo que siempre tuvo la responsabilidad de ayudar a su familia.
Su madre es una mujer sacrificada que los sacó adelante, pese al abandono en el que les dejó su padre que, con su carrera de músico encontró nuevos amores y no dudó en dejarlos.
Sin embargo, algo que heredó Álvaro es la pasión por la música. “Cuando nací el charango formaba parte de mi cuna. La música me relaja, me ayuda es mi pasión”, afirmó.
Estudió en el Colegio Nacional Juan Misael Saracho, uno de los establecimientos educativos más reconocidos en el país por la calidad de música de banda que ejecutan sus estudiantes.
Para costear sus estudios trabajó vendiendo periódicos, limpiando y cuidando autos hasta que su mamá se enteró, pues ella no quería que su único hijo siga los pasos de su padre. “Cuando mi mamá me ha pillado me botó de la casa, me ha quitado mi trompeta y me dijo que me vaya no quería que sea músico”, recordó.
Álvaro fue reconocido en varias ocasiones por sus composiciones la Cámara de Senadores lo reconoció por el tema “Hasta el Mar” que expresa el anhelo de los bolivianos de recuperar la salida al océano Pacífico.

PORKIS, LA POOPO Y BANDAS PROPIAS
Álvaro estaba decidido a continuar con su pasión, por ello pese a los altercados con su madre él siguió insistiendo con la música e ingresó a una banda de cumbia orureña llamada Porkis Band, en su momento causó sensación con la canción “Aprendí a quererte tanto”, hace 20 años atrás.
Después tuvo el privilegio de formar parte de la Banda Intercontinental Poopó, con ella viajó a distintos departamentos y países. “Hice varias animaciones, estuve con ellos más de 10 años y luego me vine a Cochabamba”, señaló.
Cuando llegó a la Llajta la necesidad lo llevó a aprender magia y gracias a esta sobrevivió hasta que nuevamente empezó a hacer música. Un día mientras practicaba con algunos amigos en el patio de su casa, alguien lo escuchó y le ofreció trabajo y así dio inicio a una nueva etapa de su vida.
Formó la agrupación “Sentimiento con Álvaro Revoso”, una fusión de música folclórica con instrumentos electrónicos, que afirmó no pierde la esencia de la morenada.
Actualmente preparan una sorpresa para su público que se dará a conocer pronto. Asimismo, Álvaro señaló que esperan celebrar los 10 años de “Sentimiento” con un concierto en la avenida Cívica del departamento de Oruro.
Además de su agrupación también es director de la banda Real Oruro con quienes tiene programado visitar México e Italia próximamente.

LA CASA DE LAS TORTAS
La pandemia y la imposibilidad de continuar con la música; el pasado año, llevó a Álvaro a iniciar con un nuevo emprendimiento al que llamó “La Casa de las Tortas”.
Prepara 24 tipos de tortas, aunque señaló que las favoritas son de chocolate, durazno, frutilla y la tres leches. Los rellenos son elegidos por los clientes al igual que la decoración de estas.
Son pasteles con ingredientes de calidad que no tienen nada que envidiar a pastelerías ya reconocidas. Quienes deseen degustar las exquisitas tortas de Álvaro pueden comunicarse al 761-41216 y al 717-17241. El tiempo de reserva depende del acontecimiento si es un cumpleaños con dos horas basta, pero si es un matrimonio el cliente debe avisarle con una semana de anticipación.
Tiene el anhelo de expandir su negocio y abrir locales en Quillacollo, Cochabamba y la zona sur de la ciudad, además pretende diversificar y no solo dedicarse a las tortas sino también a la elaboración de pan y otras masitas. (Priscila Pinell)