Las alfombras, los cuadros y las sillas Luis XV de su despacho en la Asamblea Legislativa Plurinacional forman parte del espacio donde hoy Andrónico Rodríguez pasa la mayor parte de su tiempo, pero con añoranza recuerda su largo y esforzado camino que lo llevó a ocupar, a sus 32 años, el cargo de Presidente de la Cámara de Senadores.
Nacido en Sacaba, sus padres deciden pronto migrar hacia el trópico de Cochabamba y con el clima tropical de la región vienen los primeros recuerdos de Andrónico, los cuales son compartidos en una amena entrevista con los medios estatales.
“En tiempos de lluvia me iba con botas a la escuela, había bastante lluvia, bastante agua. Muchos de mis compañeros se me hacían la burla porque la mayoría vivía cerca al pueblo, yo vivía a una distancia de tres kilómetros”, recuerda Andrónico.
Ya en la pre-promoción y promoción, entre el 2005 y 2006, cambió ese desgaste diario de sus botas por una patineta que, además de ser una de sus mejores distracciones, era su medio de transporte. Como todo joven, combinaba su cotidianidad con otras actividades.
Concluida la etapa escolar, ya en la ciudad de Cochabamba, su buena oratoria le permite explorar el fantástico mundo de la radio. «Hacía programas juveniles en las radios, no tenía ningún miedo de hablar delante de los micrófonos».
Al mismo tiempo, Andrónico se abre paso para ingresar sin problemas a la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), y esa formación le permite ingresar a la vida sindical.
Así, a su corta edad, pero con el respaldo de su profesión, su vida sindical y sobre todo sus experiencias de vida, es elegido para ocupar una se las senadurías por Cochabamba del Movimiento Al Socialismo (MAS), que luego desembocó en la Presidencia de la Cámara Alta.