Jeanine Áñez pronunció este jueves a las 13:30 su último mensaje como presidenta de Bolivia. Lo hizo desde las gradas de Palacio Quemado en la ciudad de La Paz, el mismo lugar donde levantó la Biblia cuando asumió el poder la noche del 12 de noviembre de 2019.
Durante su intervención, que se prolongó por 11 minutos, la jefa de Estado estuvo secundada por 15 de sus colaboradores y su hija, Carolina Ribera. Faltaron los ministros Arturo Murillo y Fernando López, dos de sus confidentes más cercanos, y también Branko Marinkovic.
La titular saliente, que dejará el poder en manos de Luis Arce, destacó cuatro logros durante su año de administración del Estado: Los bonos, la lucha contra el coronavirus, el combate a las drogas y la consolidación de la democracia.
Anteriormente dijo que permanecería en Bolivia, trasladándose en los próximos días al departamento de Beni, desde donde, anticipó, asumirá defensa si es que la mayoría del MAS confirma el juicio de responsabilidades en su contra, por los hechos de Senkata, Sacaba y Yapacaní.
SUS PALABRAS:
Dentro de su mensaje a la nación, también ponderó la “fundación de la tradición de ayuda al prójimo”, que quedó en evidencia en medio de la crisis sanitaria por el Covid-19, pero también resaltó que ahora la población sabe solucionar sus diferencias por la vía democrática. Y, finalmente, auguró un futuro con fe y esperanza para el país.
FRASES MÁS DESTACADAS
Hoy señales e indicadores como las reservas, la inflación o la expectativa de crecimiento, muestran que la economía boliviana es estable y que, a pesar de la pandemia, saldrá adelante a corto plazo. A Bolivia le ha ido mejor que a varios países vecinos y a varios países europeos.
Hicimos más de once millones de pago de bonos, es decir, verdaderamente creamos un estado y una sociedad basada en la solidaridad. Fundamos una tradición de ayuda al próximo que debe mantenerse, desde aquí exhorto al Gobierno a mantener los bonos que creamos este año hasta que la economía no esté totalmente recuperada.
Los bolivianos hemos sabido dar la talla en la pelea de la salud y lo digo porque a esta altura tenemos una pandemia controlada.
La inseguridad ciudadana nace en el mundo de las drogas, que traen mafias internacionales que siembran la violencia y porque también las drogas llegan a los barrios y a los colegios, y ahí es donde caen y quedan atrapados en ese ambiente.
Un enemigo histórico de Bolivia es la droga y eso explica porque fuimos tan duros en la lucha contra los narcotraficantes y eso explica porque hicimos en un año lo que no se había hecho en décadas.
Sostuvimos la democracia contra viento y marea, a pesar de la violencia con la que actuaban los duros de ambos lados. Nuestra respuesta siempre fue el diálogo y el pacto democrático.
La convivencia democrática ha avanzado y está madurando en Bolivia. Ambos lados saben que el camino para resolver esas diferencias es la democracia.
Me voy con la alegría de saber que entrego un sistema que respeta el voto popular, la ley y la libertad política.
Bolivia es más importante que todas nuestras distancias, somos un pueblo solidario, trabajador y lleno de coraje, por eso miro el futuro con fe y con esperanza. Agencias