La final del Torneo Montaigu Sub-17, realizada en Francia, fue bochornosa. Tras la derrota de Argentina ante Brasil (2-1), se armó una pelea: volaron patadas, insultos y empujones. Ante ello, los comandos técnicos tuvieron que ingresar al campo.
Los jugadores brasileños comenzaron a celebrar la victoria y, aunque no se aprecia si hay burlas hacia los argentinos, el primero en reaccionar fue Agustín Roberto, quien pateó a un rival. De manera inmediata, Gianluca Prestianni se paró de manos ante un jugador brasileño y empezaron a volar golpes desde ambos bandos. A partir de ahí, la batalla fue campal y se visualizaron corridas, empujones y gritos.
Pero, cuando todo estaba desbordado, apareció el cuerpo técnico encabezado por Diego Placente y también los colabores y entrenadores de Brasil para poner paños fríos. Ante ello, los futbolistas empezaron a calmarse y procedieron a retirarse del terreno de juego.