Muchos no entendían bien lo que sucedía cuando el partido entre el Cádiz CF y el FC Barcelona, correspondiente a la Fecha 5 de La Liga, se detuvo a los 81 minutos. Incluso el árbitro Carlos del Cerro lucía un poco desorientado. La preocupación fue incluso mayor cuando cuatro minutos más tarde el argentino Jeremías Ledesma salió corriendo a toda velocidad hacia el banco de suplentes: tomó un desfibrilador del equipo médico y se dirigió rápidamente hacia la tribuna para entregar el artefacto.
El encuentro, que se frenó a poco del final, se mantuvo en suspenso durante más de 20 minutos con los jugadores en el campo y luego otros casi 20 minutos con los deportistas en el vestuario hasta que se decidió su reanudación casi una hora después de la suspensión. El hombre afectado fue reanimado por un cuerpo médico y después de varios intentos lograron trasladarlo hacia un centro médico, por lo que se decidió continuar con el encuentro. Agencias