Asambleísta: “Si tenemos que matar lo vamos hacer”

José Yujra, asambleísta departamental del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Tarija, dijo en las últimas horas que las bases del oficialismo están dispuestas a enfrentarse y “matar si es necesario”, frente a las protestas de la oposición.
Sin embargo, ahora señala que la frase “se le escapó” y sostiene que se refería a eliminar el racismo, odio y discriminación que, a su juicio, surge en Santa Cruz, tras el paro que se cumplió en rechazo a la Ley Contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y la “persecución política”.
A tono con las declaraciones del presidente Luis Arce, de “hacerse respetar en las calles”, el legislador regional indicó que “El Gobierno está organizado, preparado para cualquier intento de ‘golpe de Estado’, estamos dispuestos a enfrentar. Si tenemos que matar, lo vamos a hacer”.
Ante las repercusiones que causaron sus polémicas declaraciones, este miércoles salió a aclarar, indicando que “a uno se le va (…) Me refería a que vamos a matar la discriminación, el odio y el racismo que existe en grupos elitistas de Santa Cruz”, según radio Compañera.
En medio del ‘wiphalazo’ que protagonizaron las organizaciones afines al MAS en diferentes ciudades del país, el jefe de Estado anticipó que, si no se respeta su victoria en las urnas, se harán respetar en las calles.
Asimismo, las declaraciones del presidente del Comité pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, han encendido al oficialismo que reclama un juicio en contra del líder cívico e incluso le piden «irse del país».
La molestia se desprende de unas declaraciones emitidas por Calvo en un canal televisivo y en las cuales aludía al sentimiento cruceño y al amor por los símbolos de identidad de la región. «Nuestra bandera la llevamos en el corazón, en la mente», indicó. Y matizó su afirmación al señalar que «un trapo no hace nada, un trapo no nos representa».
A criterio de Calvo, «lo que nos representa es nuestra fortaleza, nuestro trabajo, nuestra constancia, nuestra fe», complementó.
Para el masismo, el titular cívico llamó «trapo» a la wiphala, lo que constituye una provocación.