Gilberto Hernández, defensa de la selección panameña de fútbol, murió a sus 26 años después de que hombres armados abrieran fuego el domingo cuando se encontraba con un grupo de amigos en una calle céntrica de Colón, violenta ciudad portuaria del país centroamericano. Las autoridades anunciaron el lunes el arresto de un sospechoso.
Hernández es el segundo internacional panameño asesinado en Colón en los últimos seis años. En 2017 el centrocampista Amílcar Henríquez, quien formó parte del equipo que clasificó a su país por primera vez en su historia para un Mundial en Rusia 2018. murió también a tiros.
Hernández fue alcanzado por los disparos realizados por dos desconocidos que se bajaron de un taxi, según la policía, y otras siete personas resultaron heridas en el ataque.
Hernández jugaba en el Club Atlético Independiente, vigente campeón de la liga profesional de Panamá. Con la selección jugó dos partidos, el segundo de ellos un amistoso contra Argentina, vigente campeón del mundo, en marzo pasada. Panamá perdió por 2-0 en Buenos Aires. Tras el partido, él y otros compañeros se hicieron fotos con Leo Messi.
Manuel Arias, presidente de la Federación Panameña de Fútbol, escribió en X, la plataforma antes conocida como Twitter, que Hernández era “un jugador profesional que hoy perdió la vida, lastimosamente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado”. Agregó que fue un ejemplo de “la violencia que sacude a nuestra sociedad y que debemos combatir”.
Colón se encuentra a 80 kilómetros al norte de la capital del país, Ciudad de Panamá, donde los barcos entran y salen del Mar Caribe a través del Canal de Panamá.
La provincia panameña de Colón, con una población de alrededor de 300.000 habitantes, registró 102 homicidios el año pasado, nueve menos que el año anterior, según datos del gobierno. Las autoridades atribuyen gran parte de la violencia a la competencia del narcotráfico. Agencias