Llevamos dos meses con amaneceres caracterizados por una densa humareda que se confunde con la neblina de la época fría, pero quienes más lo sienten son las personas que tienen enfermedades pulmonares o tienen problemas con la vista.
Pero esto no es de sorprender, pues más de uno en estos días siente una mayor sequedad en la nariz que le impide respirar bien; todo esto por culpa de los incendios y chaqueos que se dieron en los últimos meses en todo el departamento.
Durante los meses de abril y mayo, la calidad del aire fue uno de los óptimos en todo el departamento, por las prohibiciones de circulación de motorizados y la paralización de muchas industrias a causa de la cuarentena rígida que se vivía; pero con la flexibilización de estas prohibiciones los niveles de contaminación subieron.
Según datos de la Red de Monitoreo de Calidad del Aire (MoniCA), en el norte de la ciudad se aumentó un 37% la contaminación en comparación del año pasado; mientras que en la zona del parque Kanata, Av. 6 de Agosto, el incremento fue del 29, 6%. Pero en el sector del Aeropuerto, donde se encuentran más cerca las fábricas ladrilleras, la contaminación se elevó en un 43,6%.