La víctima es una niña de 6 años identificada como Kinsley, jugaba baloncesto con un grupo de amigos. La pelota rebotó en el patio de un vecino. En cualquier contexto, este pequeño incidente se solucionaría con un simple pedido de disculpas. Kinsley se acercó a la casa contigua para recuperar su balón y fue recibida a los gritos por Robert Singletary.
El padre de la niña, increpó al sujeto por el maltrato hacia la menor y, sin mediar palabra, el sospechoso buscó su arma de fuego y disparó contra White y el grupo de niños; hiriendo a Kinsley de muerte.
La imagen era de una película de terror: niños corriendo por un vecindario tratando de resguardarse de las balas, perseguidos por un hombre que disparaba sin control a cuanta cosa se interpusiera en su camino. Agencias