El terrible suceso tuvo a lugar en el condado de Paulding, en el estado de Georgia, Estados Unidos, donde un bebé de tan solo un mes fue asesinado por sus padres luego de que estos mismos le suministraran una gran cantidad de alcohol. La noticia no solo generó un gran impacto en los medios locales sino también a nivel internacional.
La víctima del crimen, un bebé de cuatro semanas de edad, debió ser llevado de manera urgente hacia al hospital porque no respondía a ninguno de los estímulos que le hacían sus padres. Al llegar, los médicos lo dieron por muerto, y decidieron realizarle las pruebas correspondientes para constatar cuál había sido la causa del deceso.
La madre del infante había consumido una gran cantidad de alcohol el día previo y que su hijo debió haberse envenenado mientras ella se encontraba amamantando. Pero tras su primer testimonio, la mujer indicó que en realidad su pareja le había puesto el contenido en la mamadera. Agencias