Es por ello que la infusión de anís con manzanilla es una de las más recomendables para tratar los malestares estomacales. Sin embargo, hay otros beneficios que podrías aprovechar relacionados con el control de azúcar en la sangre y la reducción del estrés oxidativo.
1. Mejora la salud digestiva. Tanto el anís como la manzanilla contienen antioxidantes, como flavonoides, polifenoles y terpenoides, que favorecen la regulación de la digestión. La infusión de estas plantas puede reducir los síntomas de la dispepsia: malestar, dolor o ardor en la parte superior del estómago, hinchazón y la sensación incómoda de saciedad, mientras se come o que aparece muy rápido luego de comer.
2. Alivia trastornos gastrointestinales. Las propiedades carminativas y antimotilidad de estas hierbas se consideran beneficiosas para tratar trastornos como la diarrea y las flatulencias, por lo que tomar la infusión puede disminuir las evacuaciones y la formación de gases en los intestinos. Además, el anís y la manzanilla contienen compuestos antimicrobianos que pueden disminuir los efectos de los patógenos causantes de la diarrea. Por su parte, el anís muestra efectos similares para el mismo padecimiento, así que puede usarse para disminuir el dolor y distensión abdominal, la diarrea, el reflujo y otras manifestaciones del SII.
3. Contra cólicos intestinales y menstruales. Sus antioxidantes presentes ayudan a disminuir la inflamación y el dolor. La infusión es un analgésico natural, que no solo puede ayudar a aliviar dolencias estomacales, sino también musculares. Además, diferentes investigaciones han probado los beneficios para minimizar las dolencias de algunos trastornos femeninos, como el dolor menstrual, el dolor postparto y el síndrome del ovario poliquístico. Las semillas de anís también son provechosas para disminuir la frecuencia y la seriedad de los sofocos de la menopausia.
4. Protege contra bacterias e infecciones. La manzanilla tiene aplicaciones terapéuticas, curativas y antibacterianas, debido a que sus compuestos biológicos le confieren cualidades antisépticas y anticatarrales, por lo que suele tomarse para prevenir o tratar el resfriado y síntomas asociados, como el dolor de garganta. La infusión de anís y manzanilla puede ser una aliada en la prevención y tratamiento de las infecciones urinarias, porque además de las propiedades mencionadas puede hacer de diurético y aliviar el dolor.
5. Ayuda en el control de azúcar. Un estudio, publicado en la revista Nutrition sobre la manzanilla, refiere las mejoras significativas en el estado glucémico y en los parámetros antioxidantes de pacientes con diabetes tipo 2. El anís también exhibe propiedades similares, gracias a las características antidiabéticas del anetol. Por ello, se trata, en general, de una infusión que puede ayudar a reducir los factores de riesgo de desarrollo de la enfermedad.
6. Favorece, el sueño y depresión. Se puede tomar un té preparado con las dos plantas para beneficiarse de sus propiedades tranquilizantes y sedativas. La manzanilla es tradicionalmente conocida por ser un ansiolítico natural e inducir a la calma. Además, uno de sus compuestos flavonoides, la apigenina, mejora la calidad del sueño y el estado de ánimo. El anís también destaca por ser anticonvulsivo, antidepresivo y ansiolítico. Además, hay estudios prometedores sobre las capacidades del aceite para disminuir la inflamación de partes del cerebro, asociada a la depresión.
Preparar la bebida es muy sencillo, solo debes infusionar una a dos cucharaditas de flores de manzanilla y de anís seco, preferiblemente las semillas, en unos 250 mililitros de agua, por unos 15 minutos. Después, cuelas antes de beber.