Gracias a la cuarentena y a las restricciones de circulación vehicular, las bicicletas volvieron a ser consideradas como un medio de transporte y no solo uno recreativo.
“Prefiero ir en bicicleta porque tengo miedo a contagiarme. Además, casi no hay transporte a mi casa”, señaló Ivón una joven que diariamente va a su trabajo en su bicicleta.
Como ella son muchos los jóvenes y adultos que desempolvaron sus bicis y ahora lo usan para ir al trabajo e incluso ir al mercado, dándose modos para llevar lo comprado.
“Antes, los fines de semana había clientes, ahora todos los días vienen para que se los arregle sus frenos, lo engrase la cadena o parche las llantas”, comentó don Gregorio, quien tiene una bicicletería en la zona norte de la ciudad.
Señaló que, desde la pandemia, le está yendo mejor a su negocio y espera que la costumbre de movilizarse en la bicicleta se vuelva una costumbre, no solo por su negocio sino por “la contaminación del aire”.