Bolivia obtuvo una calificación de 29 puntos y se ubicó en el puesto 133 de 180 países monitoreados por Transparencia Internacional (TI). Este indicador de corrupción solo fue superado por Venezuela (13 puntos y puesto 177) y Paraguay (28 puntos y puesto 136), de acuerdo con el reporte global emitido por la organización desde Berlín, Alemania.
El puntaje de corrupción se mide de cero a 100, donde cero significa “altamente corrupto” y 100 implica que es percibido como “muy limpio”. De esta manera los países mejor puntuados, es decir más trasparentes, están en las primeras posiciones de este ranking.
Bolivia, con una calificación de 29, ocupa el lugar 133 de 180 países, teniendo una caída de dos lugares con respecto a 2022, cuando se encontraba en el lugar 131; ello implica que hubo un retroceso.
A nivel Sudamérica, Venezuela ocupa el puesto 177 de 180, situándose como la nación más corrupta de Sudamérica; le sigue Paraguay (136), por lo que Bolivia alcanza el tercer lugar.
El listado se elabora a partir de fuentes que proceden de diversas instituciones como el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial, entre otros; y se basa sustancialmente en encuestas y consultas.
El IPC se concentra en medir la corrupción en el sector público a través del soborno, la malversación de fondos públicos; funcionarios que usan su cargo público para obtener lucro personal, sin afrontar consecuencias.
Se mide también la capacidad de los gobiernos para prevenir la corrupción en el sector público, excesiva burocracia en el sector público, que puede incrementar las oportunidades de ejercer la corrupción, nepotismo en nombramientos de funcionarios públicos. Legislación que garantice la transparencia en declaraciones de finanzas personales y posibles conflictos de intereses en los cargos públicos; protección0 legal de denunciantes de casos de soborno y corrupción; captura del Estado por intereses privados; acceso a la información sobre asuntos públicos de interés ciudadano y actividades de gobierno. Agencias