Bolivia es catalogado como el país con los trabajadores más estresados de toda América Latina, según el State of the Global Workplace 2024, un informe elaborado por la consultora Gallup.
El estudio revela que un 55% de los trabajadores bolivianos reportan sentir estrés de forma diaria. Una cifra alarmante que coloca al país por encima de naciones como República Dominicana (51%) y Costa Rica (50%). Esta situación refleja una problemática creciente en la región en cuanto a la salud mental y emocional de los empleados.
Además del estrés, el estudio identifica otras emociones que también afectan a los trabajadores. En Bolivia, un preocupante 32% de los empleados afirma sentirse triste en sus jornadas laborales, lo que coloca al país en el primer lugar también en este indicador, seguido por El Salvador y Jamaica (26%). Por otro lado, el 25% de los trabajadores bolivianos reporta haber experimentado enojo en sus tareas, lo que refleja un entorno laboral marcado por tensiones y desafíos emocionales.
En términos generales, la región de América Latina presenta una compleja combinación de emociones: un 14% de los trabajadores admite haber sentido ira, un 20% tristeza y un 13% soledad. Aunque el porcentaje de ira es menor comparado con el promedio global del 21%, estas cifras muestran que el malestar emocional está afectando gravemente a la productividad y la calidad de vida en el trabajo.
La ausencia de ira, de acuerdo con el estudio, puede deberse a una falta de “compromiso laboral”, que impide que los trabajadores sientan esta emoción ante una falla o un problema en su empleo. La falta de compromiso es otro aspecto crítico que revela el estudio. Solo un 32% de los empleados en América Latina se sienten comprometidos con su trabajo; mientras que un 58% no lo están y un 10% están activamente desvinculados.
Este bajo nivel de compromiso podría tener consecuencias directas en la productividad y el desempeño de las empresas, afectando a toda la región. El informe de Gallup destaca que el estrés y las emociones negativas no solo afectan a los trabajadores a nivel individual, sino que también impactan en el clima laboral y en el rendimiento de las empresas. La razón