Una estela de tristeza, mezclada con bronca, recorre la hinchada boliviana que vio a su equipo caer 5-1 ante la Seleção el viernes pasado en Belém y el martes en La Paz por 3-0 ante una Argentina sin Lionel Messi.
Bolivia está sin puntos y en el fondo de la tabla de posiciones de 10 países, con 8 goles en contra y 1 a favor. En la anterior eliminatoria para Catar 2022 también comenzó con una goleada 5-0 ante Brasil y una caída 2-1 ante Argentina, pero su presente la muestra en peor situación.
El director técnico de los bolivianos, el argentino Gustavo Costas, cargó sobre sus hombros la responsabilidad de las derrotas, pero también señaló las fallas en el equipo. «La culpa la tengo yo primero, después los jugadores», dijo tras el encuentro en La Paz.
«Parecía que nosotros sufríamos la altura», ironizó Costas. La caída ante Argentina rompió la idea de la ventaja que tienen los bolivianos cuando juega en el estadio Hernando Siles, a 3.650 metros de altitud.
– Una reforma total -El acaudalado empresario y presidente de Bolívar, Marcelo Claure, mencionó que los resultados son el reflejo de la crisis global del fútbol boliviano. «No hay peor ciego que el que no quiere ver, el fútbol boliviano necesita una reforma total», dijo el dirigente deportivo desde sus cuentas en las redes sociales.
Claure se hizo eco de las denuncias sobre la «corrupción» en el balompié boliviano, y sugirió que la primera división baje de 17 a 12 equipos y haya un VAR central «supervisado» desde fuera del país.
El fútbol boliviano está sacudido por las denuncias del mismo presidente de la Federación Boliviana (FBF), Fernando Costa, sobre amaño de partidos y sobornos a dirigentes, árbitros y jugadores. Este tema llegó a la Fiscalía, mientras se analiza suspender el torneo de primera división. Bolivia tiene un mes para ajustar sus líneas y cambiar a una estrategia efectiva. En la próxima doble fecha recibirá el 12 de octubre a Ecuador y cinco días visitará a Paraguay.
La Verde ya mira de lejos su histórica clasificación al Mundial de EEUU-1994, de la mano del técnico español Xabier Azkargorta. Agencias