Arcindo Sumbre, 45 años, era el mayor del grupo de cuatro pobladores de San José de la Frontera, del municipio de San Matías. Junto a otros tres amigos, uno de ellos un joven de 18 años, salieron a cazar la tarde del martes, 11 de agosto. Como en otras ocasiones, se dirigieron a un terreno que ya conocían, pero esta vez no hubo retorno.
En un confuso incidente, los 4 matieños fueron abatidos por uniformados brasileños que, al parecer, los confundieron con traficantes de droga que pretendían ingresar ilegalmente al vecino país.
La población está consternada por los reiterados casos de abusos y discriminación que padecen por parte del grupo Gefron (Grupo Especial de Frontera), la fuerza militar que cuida las fronteras por el lado de Brasil.
El asambleísta departamental por la provincia Ángel Sandóval, Alcides Villagómez, aclaró a medios televisivos locales que los cuatro fallecidos eran cazadores, desvirtuando la versión ofrecida desde el lado brasileño.
La Comunidad de San José de la Frontera, distante a 10 km de San Matías, colinda con Brasil. Se encuentra en emergencia por los constantes abusos, malos tratos y hasta actos de discriminación que sufren por parte de los uniformados brasileños.
El fiscal departamental de Santa Cruz, Róger Mariaca, adelantó que la investigación de lo sucedido en la frontera será asignada al fiscal suscrito a San Ignacio quien se desplazará en las próximas horas a la zona para recabar mayor información.
Testigos comentaron a EL DEBER que estas 4 personas se dirigieron al atardecer del martes hacia la zona fronteriza para compartir una jornada de caza. Como en tantas otras oportunidades, y ante la falta de claridad de los límites fronterizos, es probable que hayan ingresado a territorio brasileño sin percatarse de ello.
Según los testigos del lugar, se escucharon gritos e instantes después, los perros de los cazadores salieron despavoridos.
Los comunarios de la zona se dedican principalmente a la ganadería y, por ello, son celosos guardianes de la Soberanía Nacional. La presencia de los perros y diversos rastros encontrados en el lugar permiten validar la teoría de que eran cazadores.
Sobre el tema, José David Shriqui, cónsul de Bolivia en Cáceres, Brasil, informó que la mañana del miércoles, los familiares de estos cazadores se presentaron ante su oficina para pedir ayuda a fin de repatriar los cuerpos.
Inmediatamente el Consulado de Bolivia activó los mecanismos de cooperación dispuestos para estos casos. «Vamos a pedir que se haga una inspección ocular y nos brinden un informe pormenorizado por este hecho que afecta a tres familias», declaró el cónsul.
Una semana atrás se conoció un hecho similar donde 5 personas, de nacionalidad boliviana, fueron acribilladas y enterradas en un predio agrícola. El acusado de dar muerte a estas personas es un ciudadano brasileño que se encuentra prófugo.
En Porto Espiridao, municipio fronterizo desde el lado de Brasil, las autoridades y la Cancillería no se han manifestado.
Los comunarios alegan que los hombres victimados eran cazadores y para ello muestran un corechi que habían capturado. Agencias