Lo que prometía ser una fiesta del fútbol en Old Trafford terminó viéndose un tanto empañada por las escenas de violencia que se produjeron en los alrededores del estadio a minutos del pitazo inicial del encuentro válido por la primera fecha de la Premier League entre Manchester United y Leeds. Fanáticos de uno y otro bando se trenzaron a golpes el día del regreso del público visitante a las canchas de Inglaterra.
En las dos últimas jornadas de la temporada pasada, los estadios británicos habían vuelto a abrir sus puertas, pero solamente para fans locales y en capacidad limitada por el coronavirus (apenas el 25% de la totalidad del aforo). Tras el último antecedente satisfactorio por las semifinales y final de la Eurocopa en Wembley con espectadores casi abarrotados, se procedió a permitir la concurrencia desde la primera jornada.
Un nutrido grupo de simpatizantes de Leeds viajaron a Manchester y la rivalidad que existe entre ambos clubes se vio plasmada en una gresca infernal que fue capturada desde adentro de un pub por uno de los comensales que grabó todo con la cámara de su teléfono celular. Golpes de puño, tachos de basura utilizados como proyectiles y hasta sillas por el aire fue lo que llegó a verse frente al intento de contención de un efectivo policial pidiendo por refuerzos.
La jerarquía del elenco conducido por el noruego Ole Gunnar Solskjaer fue suprema frente a un moderado Leeds.