Se trata del hombre que es señalado como la cabecilla de un grupo de falsos militares acusados por estafa múltiple, el sospechoso fue encontrado por efectivos de inteligencia en una vivienda alquilada en la zona sur de la ciudad.
A unas horas de su detención, una nueva víctima también denuncio que fue engañada en la compra de cables valuados en 30 mil bolivianos, según el reporte de la Red Unitel.
La organización criminal tiene cerca de ocho denuncias en su contra y estaría conformada por otros dos hombres y una mujer, quienes son acusados de estafar a los propietarios de diferentes negocios adquiriendo gran cantidad de productos supuestamente destinados a unidades militares. Sin embargo, los delincuentes entregaban a sus víctimas cheques sin fondo que además eran reportados como robados y al demorarse varios días en comprobarlos, los depósitos que figuraban en sus bancas móviles en realidad no existían.
Para entonces la banda delincuencial había desaparecido nuevamente.