Además de la gloria y el honor, 11,5 millones de euros eran los que estaban en juego en el Estádio da Luz en la final de la Champions League entre el PSG y el Bayern Múnich.
Un cheque de 500.000 euros a cada uno de los 23 jugadores que integran el París Saint-Germain los esperaba en la oficina de Nasser al khelaifi sin firmar. Un premio que se sumaba a los 500.000 euros que ya se habían embolsado por haber ganado otras competiciones.
Así figuraba en el acuerdo de primas que el presidente del club acordó en 2013 con la plantilla. Los propietarios cataríes del club nunca ocultaron su obsesión por ganar la Liga de Campeones, por lo que concedieron esa prima excepcional a los jugadores en caso de lograrla.
La plantilla ya había asegurado 400.000 euros por su victoria en la liga francesa, además de 50.000 euros por cada una de las dos copas nacionales que levantaron.