Una mujer de 36 años de edad fue aprehendida por efectivos policiales, tras ser reconocida por su víctima de haberlo pildoreado al interior de una flota que se dirigía al departamento de Santa Cruz.
El hecho se habría suscitado el pasado sábado 25 de enero, al promediar las 22:44 de la noche al interior de un bus interdepartamental. Sin embargo la mujer fue aprehendida el día martes.
Según refiere la víctima, la mujer se habría sentado a su lado en el bus y le habría hecho conversación. Minutos después le habría invitado un refresco, que aparentemente contenía algún somnífero, ya que el joven de 26 años despertó directamente en el municipio de Montero, en Santa Cruz.
Es en ese momento que se percata que la mujer ya no estaba a su lado y que tampoco tenia sus objetos de valor, como ser: tres laptops, dos celulares y dinero en un monto de 4 mil bolivianos.
Tras realizar la denuncia en dependencias policiales, refirió que la mujer le había dado su número de celular y gracias a que pudieron ingresar a la nube de su teléfono celular es que se logra dar con el nombre de la mujer y el perfil de su pagina de Facebook.
Teniendo éstos datos, la Policía se encontraba tras los pasos de la mujer, sobre todo en el sector de la Terminal de Buse, donde la misma operaría de forma regular,
De ésta forma, el pasado martes 28 de enero, al promediar las 17:30 de la tarde, es que se logra identificar a la mujer comprando un pasaje en la Terminal de Buses en busca de su próxima victima en algún bu interdepartamental.
La mujer fue aprehendida y trasladada hasta dependencias policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), donde se encuentra a la espera de su audiencia de medidas cautelares.
Desde la Policía aconsejan a la población en general tener mucho cuidado al momento de subirse en un bus interdepartamental y no recibir alimentos, ni bebidas de personas extrañas, por más amables que éstos se presenten, puesto que el modus operandi que utilizan las llamadas «pildoritas» es portarse amigables con los pasajeros para poder ganarse su confianza y luego doparlos, para lograr sustraer objetos de valor.
