“El Comegente”, con 64 años de edad, es sindicado de ser uno de los asesinos más sanguinarios en la historia contemporánea de Venezuela, pues no solo mataba a sus víctimas, sino que también se las comía.
Nacido el 14 de mayo de 1957 en El Vigía, estado Mérida, Doráncel, se crió en medio de una familia muy humilde. Sus estudios terminaron en el sexto grado de primaria y de allí, se dedicó a vagar y a robar animales como gallinas, con los que se alimentaban él y sus diez hermanos. Desde ahí comenzaron sus antecedentes penales como delitos menores.
El primer delito grave que Vargas cometió data de 1995, cuando fue declarado culpable de matar y comerse a Cruz Baltazar Moreno quien para esa época había caído en la indigencia. Tras una revisión hecha por psiquiatras fue diagnosticado con esquizofrenia paranoide y posteriormente fue enviado al centro de rehabilitación psiquiátrica “Dr. Raúl Castillo”, de Peribeca, a sus 38 años de edad.
Un par de años después es liberado en una humilde choza improvisada vivía Doráncel. A la vista de todos y sin levantar sospecha alguna de su obsesión por la carne humana.
Los días transcurrían y el hombre de cabello largo y barba, a pesar de ser un indigente, siempre tenía alimentos. Incluso preparaba empanadas, sancochos y parrillas para sus vecinos, habitantes de calle también, quienes desconocían la procedencia de la proteína animal que ingerían.
Hombres atléticos y en buena forma empezaron a desaparecer. Unos obreros de construcción y otros aficionados a las caminatas salían de sus hogares para más nunca volver. Familiares de estos hombres denunciaban las desapariciones, sin sospechar que un caníbal era el responsable.
El primer hallazgo dio pie a que los funcionarios intensificaran la búsqueda, y ésta rindió sus frutos, pues partes humanas de al menos seis personas, fueron hallados regados por la zona.
Un funcionario, que estaba en la búsqueda fue pieza clave, pues sabía de un indigente que había estado preso por canibalismo.