Caos, filas, bloqueo y negocio durante empadronamiento

Las últimas dos jornadas de empadronamiento para las elecciones judiciales fueron caóticas en casi todos los puntos habilitados en el departamento, pero principalmente en los centros urbanos, donde gran cantidad de ciudadanos terminó quedándose a dormir para poder ser atendidos.

Pese a esto, una parte de los que aguardaban no eran atendidos rápidamente y las quejas se multiplicaron.

“Estamos desde ayer en la mañana (jueves), pero no nos han atendido a todos, pero cada persona que ingresaba tardaba una hora, media hora. La persona que ha entrado último a las seis de la tarde ha entrado, ha salido a las once de la noche, eso no es justo, no están avanzando nada y nosotros con frío aquí estamos durmiendo y al final nos dicen no les vamos a atender. Las policías nos han sellado”, señaló una mujer que durmió en un punto de la zona sur.

“No están avanzando, había personas que se estaban colando para cuatro personas, cinco personas, cada media hora entraban”, “hemos dormido aquí, más de doce personas”, “hay mucha molestia”, aseguraron.

BLOQUEOS

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Con en pasar de las horas los ciudadanos comenzaron a desesperarse por la demora en la atención y la posibilidad de no alcanzar a empadronarse, por lo que algunos procedieron a bloquear avenidas y calles exigiendo ser atendidos hasta terminar las filas.

Luego de que una funcionaria explicara que solo se podrían empadronar a 300 personas y pidió que los que demás se retiren del punto habilitado en Pacata, los demás que aguardaban decidieron cerrar la avenida Villazón.

«Estamos haciendo fila desde la mañana, somos varios y solo están cinco funcionarios atendiendo a tantas personas», reclamó uno de los que esperaban.

NEGOCIO

Ante la desesperación de quienes necesitaban empadronarse, muchas personas empezaron a ver una fuente de ingreso en esto y comenzaron a “vender” puestos en las interminables filas para evitarles a los empadronados la larga espera.

A través de las redes sociales llegaron a ofrecer los puestos en diferentes montos, desde los 40 bolivianos llegaron incluso a los 300, mientras el último día de empadronamiento llegaba a su final, la demanda por estos espacios también creció.

“Unos 40 bolivianos se lo voy a dar el puesto, soy el número 148 acá en Vinto. A las 3 de la tarde más o menos voy a ingresar”, señaló uno de los vendedores a la Red Unitel. 

Al cierre de esta nota además de las largas filas se registraban protestas en varios puntos como el de la Universidad Mayor de San Simón donde cientos de estudiantes aún aguardaban para poder ser empadronados, la misma situación se repetía en el punto de la plaza Colón donde la fila superaba una cuadra.