Cuando se habla de un sistema carcelario hacinado en Santa Cruz, el ejemplo más gráfico es la carceleta de Montero. Celdas pequeñas con internos que parecen estar pegados a los barrotes de sus puertas y cientos de personas que tratan de quedare inmóviles en el patio del lugar para no chocar con sus compañeros, así se ve parte de la realidad que padecen más de 400 privados de libertad.
El alcalde de Montero, Miguel Ángel Hurtado, informó que se tiene más de un 80% de avance en el nuevo edificio. “Como municipio vamos a gestionar más recursos para hacer las mejoras que sean necesarias y ampliar más este tipo de infraestructuras”, dijo el burgomaestre.
Mientras caminaban por el lugar que reemplazará a la carceleta donde por más de 20 años se convirtió en un lugar donde los presos viven, sin espacio siquiera para respirar.