El izquierdista Pedro Castillo juró como nuevo presidente de Perú este miércoles, día que se conmemora el bicentenario de la Independencia, en medio de un clima de esperanza para una mitad de sus compatriotas y de temor para la otra.
«Juro por Dios, por mi familia, por los campesinos, por los pueblos originarios, por los ronderos, pescadores, profesionales, niños, adolescentes, que ejerceré el cargo de presidente de la República en el periodo 2021-2026. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución», declaró Castillo.
La jefa del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, le colocó la banda presidencial bicolor. Vestido con traje andino negro con bordados y su clásico sombrero blanco de copa, Castillo acudió caminando de la mano de su esposa, Lilia Paredes, al Parlamento desde el Palacio de Torre Tagle, la sede de la cancillería, distante a cuatro cuadras.
«Es la primera vez que este país va a ser gobernado por un campesino», destacó en su primer discurso ante las autoridades y dignatarios extranjeros presentes en la ceremonia, iniciada poco antes del mediodía. «Durante la campaña electoral se dijo que vamos a expropiar. Es totalmente falso. Queremos que la economía tenga orden», añadió, aunque afirmó que busca un «nuevo pacto con los inversores privados». Tres días de ceremonias marcarán la asunción de este maestro de escuela rural de Cajamarca (norte), quien tiene el desafío de superar la pandemia del covid, reactivar la economía y acabar con las convulsiones políticas que llevaron al país a tener tres presidentes en noviembre de 2020. Poco antes que Castillo llegara a la sede del Congreso, arribó el presidente saliente, Francisco Sagasti, quien había asumido en noviembre en medio de una crisis política que llevó a Perú a tener tres gobernantes en cinco días. Muchas calles del centro de Lima estaban cercadas por la policía, que desplegó 10.000 agentes, mientras decenas de partidarios de Castillo le manifestaban su apoyo en los alrededores del Congreso.