Tras una denuncia de pobladores del municipio de Punata, la policía junto a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia se trasladaron a una vivienda particular donde estarían comercializando chicha de manera clandestina, además de brindar atención al cliente desde tempranas horas del día y hasta altas horas de la noche.
Cuando las autoridades competentes se trasladaron al inmueble encontraron turriles de chicha, personas consumiendo bebidas alcohólicas, algunas parejas con sus pequeños hijos.
La chicha fue desechada por la policía y los padres que se encontraban con sus hijos pequeños fueron trasladados a dependencias de la oficina de la protección al menor, donde fueron advertidos y recomendados que no pueden exponer a sus propios hijos a cualquier peligro llevándoles a chicherías.