La mayoría de los casos son asintomáticos y sólo se manifiestan cuando se convierte en un problema de mayor cuidado. Sin embargo, algunas veces, es posible detectarlo por la aparición de dolores de cabeza frecuentes, digestiones pesadas y sensación de inflamación en la zona donde está ubicado el hígado. Por fortuna, es un problema reversible y fácil de tratar, ya que depende en gran medida de una dieta saludable y reducida en grasas.
MENTA Y BOLDO
La primera de ellas surge de la combinación de las propiedades digestivas de las hojas de menta y boldo. Esta nos brinda un completo remedio para estimular la eliminación de las grasas que se retienen en el tejido hepático. Dichas plantas contienen sustancias antiinflamatorias y antioxidantes que protegen las células para reducir el riesgo de patologías más graves.
Ingredientes: Un vaso de agua (250 ml) 1 cucharadita de hojas de menta (5 g) 1 cucharada de hojas de boldo (5 g) Preparación: Primero, deja hervir la taza de agua y, cuando rompa en ebullición, agrégale las plantas. Después, reduce el fuego al mínimo y déjalo durante 2 minutos. Finalmente, espera que repose otros 10 minutos y cuélala. Consumo: Ingiere una taza de infusión en ayunas, durante 3 semanas.
ALCACHOFA
Por su capacidad para reducir la acumulación de grasa en el cuerpo, la alcachofa es uno de los remedios más recomendados para tratar el hígado graso. Contiene fibras naturales y sustancias antioxidantes que promueven la limpieza de este órgano, por lo que evitan la acumulación de lípidos en sus tejidos, gracias a su alto contenido en inulina.
Ingredientes: 3 tazas de agua (750 ml) 1 alcachofa. Preparación: Primero, vierte las tazas de agua en una olla y ponlas a hervir a fuego alto. Luego, una vez hierva, añade una alcachofa troceada y déjala a fuego mínimo durante 3 minutos. Finalmente, espera a que la bebida repose y sírvela. Consumo: Consume una taza de infusión de alcachofa antes de cada comida principal.
DIENTE DE LEÓN
Las propiedades depurativas de la infusión de diente de león facilitan el tratamiento del hígado graso para evitar molestias digestivas y problemas inflamatorios.
Ingredientes: 1 vaso de agua (250 ml) 1 cucharada de diente de león (10 g) Preparación: Comienza por hervir la taza de agua y agrégale una cucharada de diente de león. Después, deja que repose 15 minutos y cuélala. Modo de consumo: Toma 2 o 3 tazas de infusión durante 2 semanas seguidas.
SEMILLAS DE HINOJO
Las semillas de hinojo contienen sustancias antiinflamatorias y antioxidantes que resultan claves en el tratamiento de la esteatosis hepática. Su infusión contiene activos naturales que ayudan a reducir la acumulación de lípidos, por lo que facilita el proceso de digestión.
Ingredientes: 250 ml de agua 1 cucharadita de semillas de hinojo (5 g) Preparación: Primero, pon a hervir el agua y agrégale las semillas de hinojo. Luego, deja que repose unos minutos y cuélala antes de ingerirla. Consumo: Toma 2 tazas de infusión al día, mínimo 3 semanas.
CÁSCARA DE LIMÓN
Las fibras naturales que aporta la cáscara de limón se pueden aprovechar como complemento para promover la digestión de los lípidos que se acumulan en el hígado. Su ingesta en infusión apoya el proceso de digestión, evita la obesidad y disminuye la acumulación de toxinas y líquidos.
Ingredientes: 1 cáscara de limón 1 vaso de agua (250 ml)
Preparación: Primero, agrega una cáscara de limón en una taza de agua hirviendo y déjala reposar de 10 a 15 minutos. Una vez pasado este lapso, filtra el líquido con un colador y bébelo.
Consumo: Ingiere una taza de infusión de cáscara de limón en ayunas y antes de cada comida principal. Tómala por lo menos 3 semanas seguidas. Como puedes notar, es muy fácil preparar infusiones para tratar este problema hepático.