Clanes familiares bolivianos no dejan de operar en el oriente, especialmente en Beni y Santa Cruz. Reportes internacionales señalan que éstos suministran droga a redes “transatlánticas” mediante el puente aéreo que hay en el país.
“El 2022 ha llamado la atención gracias a operaciones antinarcóticos internacionales, como la Operación Turf y A Ultranza PY, que dejaron en evidencia grandes redes transatlánticas de tráfico de cocaína, con redes de suministro a través de Bolivia”, indica un reportaje de la plataforma de investigación y periodismo InSight Crime.
Esta afirmación se basa en los operativos de entidades internacionales que realizaron este año en diferentes lugares del mundo. Por ejemplo, en febrero la acción denominada Operación Turf permitió desarticular una red transatlántica de tráfico de cocaína “que se extendía desde Bolivia hasta Dubái”.
Esta operación fue realizada por fuerzas de seguridad de los países implicados bajo la coordinación de Europol. Fue la conclusión de una investigación de 18 meses en torno a una red vinculada a las incautaciones de al menos ocho toneladas de cocaína y dos millones de dólares en efectivo en Bélgica, Brasil, Italia, los Países Bajos y España.
“La red trasladaba cocaína desde las regiones productoras de Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil. Las drogas se enviaban en contenedores hacia España, desde donde se distribuían por toda Europa. Las operaciones fueron coordinadas por un centro de comando en Dubái”, señala el reporte.
La operación reveló una sofisticada red de transporte de la droga desde Bolivia a través de Paraguay, coordinada por traficantes en la triple frontera: Paraguay, Argentina y Brasil. Un excomandante de la Policía de Beni, que prefiere no revelar su nombre por seguridad, afirmó que los clanes bolivianos siguen haciendo operaciones aéreas y que tienen como primeros destinos Brasil y Paraguay.
“Siguen operando por la gran demanda que hay, ahora -con los cambios de los jefes de la Policía- están a la expectativa para conseguir cobertura y protección en especial las organizaciones de Santa Ana, Guayaramerín, Magdalena y San Borja”, afirmó el exjefe policial.
Desde 2017 se comenzó a conocer a los clanes que operan desde Beni: la red Lima Lobo, cuyo cabecilla fue extraditado a Brasil; el clan Castedo, cuyos integrantes estaban dentro de la política regional; el clan Rodríguez, que tenía sus tentáculos en instituciones públicas.
“Todos ellos siguen operando. Pero ahora la globalización llegó a nuestro país con relación al narcotráfico, existen mexicanos, colombianos, peruanos, brasileños y paraguayos que tienen sus líneas y destino final de la droga especialmente Brasil, donde el PCC tiene un rol fundamental”, aseguró el exjefe policial.
El Primer Comando de la Capital (PCC) es la organización criminal más peligrosa de Brasil, que ya sentaron presencia en Bolivia y otros países vecinos, aunque el Gobierno insiste en que sólo hay emisarios. Otra operación internacional que se hizo este año es la denominada A Ultranza PY, la que estaba dirigida a una red criminal relacionada con más de 16 toneladas de cocaína incautadas en Europa, que incluye 11 toneladas incautadas en el puerto de Amberes (Bélgica) en abril de 2021 y 4,7 toneladas en Paraguay.
“Las autoridades paraguayas señalaron que la red tenía un sofisticado sistema para transportar cocaína de Bolivia a Paraguay, y luego a Argentina y Uruguay, desde donde se enviaba a Europa. La droga salía inicialmente de Bolivia en vuelos clandestinos”, dice el reporte difundido por InSight Crime.
Estas operaciones son la confirmación de lo que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) advierte en su Reporte 2021, publicado este año. “Las rutas aéreas y marítimas para el narcotráfico se han convertido en las alternativas más adecuadas para eludir restricciones a los viajes por tierra. Los traficantes usan cada vez más avionetas para transportar cocaína entre Bolivia, Brasil, Paraguay y Perú”. Asimismo, la JIFE hace un llamado de atención a las autoridades de estos países sobre el incremento del uso del puente aéreo de Bolivia desde el inicio de la pandemia, debido a los controles estrictos terrestres. Página Siete