La Central Obrera Boliviana (COB) se declaró en estado de emergencia y anunció que junto a sus afiliados resguardará y garantizará que el acto de posesión del presidente electo Luis Arce, programada para el próximo domingo 8 de noviembre, se desarrolle sin inconvenientes ni violencia por parte de grupos que se niegan a reconocer los resultados de las elecciones.
«La COB nos declaramos en estado de emergencia para resguardar la paz, el Palacio, la Plaza Murillo, para que no haya enfrentamiento entre hermanos los días de transición de mando», aseveró Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la COB, en conferencia de prensa.
Asimismo, Huarachi señaló que se instruyó a todos los sectores «afiliados y no afiliados» a la COB a trasladarse hasta la ciudad de La Paz «para ser parte del acto de transmisión de mando y resguardar como soldados del proceso» el acto de posesión de Arce,
En ese sentido, la COB pidió a los sectores que no reconocen los resultados de las elecciones a «aceptar la derrota».
«No ofendan al pueblo, basta de discriminación y racismo, acepten su derrota. Han tenido la oportunidad de gobernar, incluso entrando con un golpe de Estado, pero han robado, han saqueado nuestras arcas del Estado. El pueblo no es ciego, no es sordo, es momento de reconciliarnos, de aportar para reconstruir lo que ha sido nuestra patria los últimos 14 años», afirmó Huarachi.
El mensaje de la COB llega después de que en diferentes cabildos los cívicos y grupos civiles en Santa Cruz y Cochabamba determinaron desconocer los resultados de las elecciones hasta que no se haga una auditoría del proceso electoral.
Asimismo, en Santa Cruz se decidió llevar adelante un paro cívico escalonado – hoy las provincias y mañana el departamento- en busca de que se auditen los comicios.
Además, un grupo de cívicos de La Paz también determinó un paro cívico para este jueves – aunque por ahora carece de contundencia- y hasta pide la renuncia del presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero. Agencias