El departamento de Cochabamba en los últimos meses sintió la falta de autoridad, debido a que la crisis económica y sanitaria no recibieron la atención necesaria y las instituciones y los gremios empresariales tuvieron que organizarse para paliar la ausencia de mandos subregionales, pero aún siguen batallando para reactivar su matriz productiva y otras actividades, que sintieron los efectos del confinamiento.
El sector empresarial cochabambino, desde el año pasado, fue afectado una vez que renunció Morales luego del fraude electoral revelado por la Organización de Estados Americanos (OEA), el sector del Chapare fue el sector más conflictivo, puesto que la mayoría apoya al expresidente.
El bloqueo de caminos y los cercos instaurados por los afines al Movimiento al Socialismo (MAS) afectaron a la actividad económica y a la matriz productiva de la región, al igual que a todo el país.
Las instituciones cívicas así como empresariales lamentaron el manejo de la crisis sanitaria en el departamento y el poco apoyo que se dio a la actividad económica, sumado a la actitud de afines al MAS perjudicando al centro metropolitano por los constantes bloqueos al botadero.
Hace unas semanas atrás, los microempresarios exigieron un trato similar al que se da a otras regiones del país, como Santa Cruz y La Paz, ya que las medidas económicas anunciadas para reactivar al sector eran de difícil acceso.
En esa ocasión, el presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Javier Bellott, y Luz Mary Zelaya, presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria y Artesanía Productiva (Capeia), lamentaron el olvido de las autoridades nacionales a la región.
Bellott señaló que Bolivia no es Santa Cruz y La Paz, sino Cochabamba y el resto del país, y es por ello que es momento oportuno para tomar medidas adecuadas en favor de sectores productivos de la economía, en especial de la micro y pequeña empresa, que están agobiadas por las obligaciones impositivas y sociales.
En Bolivia el 80 % del empleo en el país es generado por las pequeñas empresas, si se mantiene la presión provocaría una baja de recaudación de más de 15 %, en caso de cerrar, así como la pérdida de empleos.
Por su parte, Zelaya informó que la reducción de empresas inscritas en Fundempresa cayó un 39 %, a nivel nacional, y en Cochabamba la cifra fue mayor, 65 %.
“Gobierno de transición no toma medidas adecuadas. Créditos no son adecuados”, dijo Zelaya y lamentó que las autoridades nacionales relegan al sector microempresarial de Cochabamba y de otras regiones del país, y afirma que ninguna medida lanzada es en favor del pequeño industrial.
Cochabamba tiene un sector agropecuario que abastece de alimentos al departamento de La Paz, en especial, y los bloqueos y cercos, pusieron en riesgo al sector, pero también dependen de otras regiones para desarrollar al avícola.
También está dentro de los departamentos de productores de gas, y el precio bajo del petróleo en el mercado internacional afectó a sus ingresos, y de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó 42 millones de bolivianos en 2019, a precios de mercado, y la agricultura, caza y pesca tiene el mayor porcentaje. Agencias