En los últimos días, la ciudad volvió lentamente a la normalidad, pese a que la cuarentena rígida continúa.
El fin de semana tampoco fue la excepción, pues algunas tiendas de barrio se encontraban abiertas, pese a que está prohibido que fines de semana abran mercados, supermercados ni tiendas.
De igual forma, se observó a bicicletas, motos y vehículos transitar sin ninguna preocupación por la zona norte y sur de la ciudad.
Muchos de estos vehículos se trataban de deliverys, que están trabajando todos los días desde hace dos semanas, fecha que el gobierno autorizó a los restaurantes reabrir sus puertas, pero solo para el despacho de comidas.
Vehículos particulares y sin ninguna autorización transitaban por zonas que no son vigiladas por policías ni militares.
Las fiestas «particulares» también están al orden del día, camufladas como parrilladas con algo de música, cuando también se consumen bebidas alcohólica.