Luego de que se diera a conocer el flujo de llamadas entre Evo Morales, Gabriela Montaño y Carlos Romero con Fernando Valenzuela y Luis Fernando Humérez, estos últimos implicados en el caso respiradores, el diputado Tomás Monasterio certificó que en esta triangulación con las altas esferas del MAS había en juego una coima de 1.4 millón de dólares para dividirse entre cuatro personas.
Detalló que este monto, que sería dividido entre el expresidente boliviano que actualmente está refugiado en Argentina, Luis Fernando Humérez, Fernando Valenzuela y Wálter Zuleta (fue abogado defensor de Gabriela Zapata), sería usado para continuar convulsionando el país y preparando un golpe de Estado.
“Hubo un plan digitado en la cúpula masista, un plan conspirativo que buscaba un golpe de Estado, usando el argumento de la comprar irregular de respiradores para alentar una revuelta popular y generar escenarios de confrontación”, sostuvo Monasterio al indicar que sólo Morales sostuvo 50 llamadas con la persona que formó parte de la compra y adquisición de los respiradores.
El diputado, que denunció que los bolivianos han vivido meses de terrorismo ocasionados por el MAS, lamentó la actitud del Ministerio Público al que calificó de cómplice y obsecuente con este partido político. “El Fiscal General pidió reserva del caso para evitar que la investigación salga a la luz y así no se pueda saber la participación de Evo Morales que metió su mano corrupta en esta compra”, sostuvo. Agencias