“Colectivo Epidemia”: Artistas que regalan arte callejero de la Llajta a Bolivia y el mundo

Son artistas callejeros, regalan arte en los lugares menos imaginados, tienen por lienzo la ciudad y su objetivo es llegar a toda la sociedad, no les interesan los estratos sociales, pues consideran que la posibilidad de apreciar una pintura debe llegar a todos. El “Colectivo Epidemia” hace arte de la Llajta para el mundo.

Epidemia tiene cinco años de vida, forman parte del colectivo 10 artistas que tienen en común la pasión por el muralismo, pinturas gigantes con temáticas sociales que reflejan las tradiciones y cultura que los vio nacer.

Migro Tanga es el fundador del colectivo y contó a La Voz que junto a sus amigos empezaron a pintar hace más de cinco años, pero no tenían un nombre por lo que decidieron llamarse “Epidemia”, con este nombre participaron pintando más de 250 murales en Pando, Chapare y Cochabamba para los Juegos Suramericanos en 2018. ”Antes pensaban que solo yo pintaba, pero somos varios por eso decidimos cambiar el nombre yo no quería robar el crédito a mis amigos”, contó.

Jóvenes y señoritas desde los 23 años hasta adultos de 42 forman parte, algunos aún estudian otros son profesionales y ya tienen familia, pero nada impide que hagan lo que les apasiona.

EPIDEMIA ES PARA TODOS

Cuando empezaron a pintar eran tres amigos, esto fue creciendo y actualmente son 10; no obstante, Epidemia tiene las puertas abiertas para todas aquellas personas que disfrutan de hacer arte, tengan o no experiencia, pues son ellos mismos que los guían y así descubren nuevos talentos.

“Invitamos a todos los que quieren unirse y así se van sumando, usualmente decimos vamos a pintar-en algún lugar en específico- no es requisito ser académico”, afirmó Migro.

Incluso si hay personas que simplemente quieren formar parte de la elaboración de un mural, pueden apoyan rellenando los huecos en la pared o poniendo la base, otros van guiando, pues toda ayuda es útil.

DE LA LLAJTA PARA EL MUNDO

El Colectivo Epidemia no solo ha pintado en varios departamentos del país, sino ya ha salido de Bolivia, han recorrido México, Colombia, Paraguay, Venezuela, Perú y Argentina y han dejado en alto el arte boliviano.

Fueron a encuentros de muralismo en seis países, los eligieron y los llevaron con los pasajes y estadía pagados, fue el premio a su talento. Migro tiene en Argentina el título de Coordinador Internacional de Muralismo.

PROYECCIONES ARTÍSTICAS

Todas las proyecciones, anhelos y objetivos del Colectivo Epidemia son pensados de forma conjunta, no existen individualismos, son una familia de artistas que sueñan con lo mismo, por ello se apoyan entre todos para lograr sus metas.

Dentro de sus proyectos más cercanos esta pintar murales desde Chiñata hasta el Chapare. Actualmente pintan en el Tunari un mural interior y próximamente viajarán a la Chiquitania.

Ellos trabajan en lo que más les gusta hacer, si bien, pintan con contratos también lo hacen de forma independiente por el simple hecho de hacer magia con la pintura.

Sus herramientas de trabajo son costeadas por ellos mismos, alguna vez recibieron apoyo de CasaColor y Picasso quienes les donaron baldes de pintura. Ellos no se quejan y tampoco esperan más, salvo cuando hacen un trabajo social, por ejemplo, hace unos días retrataron el problema de las inundaciones que se estuvieron viviendo en las últimas semanas.   

UN ACUARIO EN LA PARED

Migro Tanga, fundador del Colectivo Epidemia, descubrió su pasión y talento por el arte cuando terminó el colegio, estudió en la Academia de Artes; sin embargo, se dio cuenta que lo suyo no eran las galerías sino la calle.

Su familia siempre lo apoyó nunca intentaron desanimarlo. Su primer mural lo pintó en su cuarto, pues el siempre soñó con tener una acuario, pero como no contaba con los recursos económicos decidió pintar uno en su pared, de igual forma anhelaba tener una biblioteca personal y lo logró a través de la pintura.

Posteriormente pintó en la casa de su mamá y el lugar donde habitaba se tornó en una obra de arte.

Actualmente vive en Santa Cruz, pero es como si viviese en toda Bolivia, él está donde el arte lo llama, al igual que sus amigos y compañeros del colectivo. (Priscila Pinell)